Colombia fue, una vez más, en 2009 el país más peligroso del mundo para el movimiento sindical, con 40 dirigentes o activistas asesinados, ocho menos que el año anterior, según se informó ayer en una reunión de víctimas de la violencia.
El II Encuentro Nacional de Víctimas de la Violencia Antisindical reunió ayer en la ciudad de Medellín a familiares de sindicalistas asesinados y amenazados, defensores de los derechos humanos, representantes de distintas agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales (ONG).
Desde 1986, cuando se fundó la CUT, la mayor central obrera de Colombia, en este país han sido asesinados 2.721 sindicalistas, de ellos 573 desde agosto de 2002, cuando comenzó el Gobierno del actual presidente, Álvaro Uribe.