En estos momentos en que el calor del verano logra mezclarse con el incomparable y encantador aroma que despide la serie final del béisbol nacional juvenil, hablar de atletas como Kevin Ramos es hablar de un pelotero líder que todo entrenador busca tener.
Para Ramos, el béisbol no sólo es un simple deporte... es pasión que a diario recorre sus venas y factor importante en el desarrollo de su vida.
El es el tipo de pelotero que guarda la experiencia necesaria que se necesita en este tipo de situaciones para crecerse y servir de inspiración a sus compañeros.
Ramos, quien practica el béisbol desde los dos años de edad, manifestó que el juego del bate y la pelota le ocasiona tanta afición que cada vez que juega lo hace con el objetivo de ser campeón. "Cuando ganas es una alegría y una satisfacción muy grande... sientes que todos los meses que se tuvieron de entrenamientos valieron la pena", dijo el pelotero. "Con el título uno puede complacer al público que te sigue desde que arrancan los torneos y eso te hace sentir súper contento", agregó.
De todos los gallardetes alcanzados en este deporte, Ramos indicó que el logrado el año pasado en su primera campaña como juvenil es el que más gratos recuerdos le trae. "Le ganamos por barrida a Chiriquí y eso fue emocionante".
El atleta añadió que el éxito que ha tenido su carrera se lo debe en gran medida a muchas personas que han trabajado con él desde sus inicios, entre ellos Francisco Gutiérrez, Julio Murillo, Cristóbal Girón y su propio padre, Wigberto Ramos, quien también fue jugador y ha sido su más grande inspiración. "A todos ellos, en especial a mi papá, les doy las gracias por sus enseñanzas".
Aunque quiere seguir estudiando para ser un profesional, Ramos espera en un futuro no muy lejano, tener la oportunidad de firmar para jugar pelota profesional, ya que como él mismo lo definió: "El béisbol es mi vida". |