CRITICA EN LINEA 

 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


primera plana

portada

al cierre

nacional

política

opinión

economía

el pueblo habla

comunidad

provincias

sport

el mundo

viva

agenda

sociales

sucesos

 


FAMILIA
  OPINI�N


El toque de una mano

Por: Hermano Pablo | Reverendo

Fueron treinta y cinco toneladas. Treinta y cinco toneladas de cemento de construcción, junto con su refuerzo de hierro, que cayeron sobre las piernas de Brigett Gerney. El accidente ocurrió en la ciudad de Nueva York. Un edificio en construcción se había derrumbado, y la joven había quedado prisionera. Prisionera del terror, del miedo, del espanto, y del enorme peso del cemento.

Un oficial de la policía, Pablo Ragonese, tomó la mano de la muchacha y, animándola con sus palabras de aliento, la sostuvo por más de seis horas. Fue ese toque de una mano amiga, consoladora, lo que salvó a la joven del colapso mental y probablemente de la muerte.

�Qué valor tiene en la vida el toque de una mano reconfortante! Hay hombres en la cárcel que en medio de su desesperación se animan por el apretón de manos que les da un amigo. Eso es suficiente para levantarles el espíritu. Sin ese consuelo, no tendrían para qué vivir.

Hay jóvenes atletas que, en medio del nerviosismo y del desasosiego que produce una competencia olímpica, reciben ánimo de amigos, familiares y entrenadores hasta llegar al triunfo. �Qué es lo que esos amigos ofrecen?

Hay moribundos que mueren en paz cuando sienten, en los últimos alientos de su vida, la mano tierna y afectuosa de alguien que los ama.

El toque de la mano, cuando se hace con sincera amistad y con interés puro y altruista, es mucho más confortador que sólo palabras. En el toque de la mano hay siempre un cálido mensaje, inaudito pero poderoso, que puede unir dos almas en perpetua amistad.

El Hijo de Dios mismo, Jesucristo, sabía usar con cariño y con poder el toque de la mano. Una vez tocó con su mano a un leproso, algo completamente desusado y socialmente reprochado, y el leproso sanó. Otra vez tocó con sus manos los ojos de un ciego, y éstos recibieron la vista. Otra vez extendió tiernamente la mano a una mujer con fiebre, y la fiebre la dejó al instante. Y en otra ocasión, cuando vio a una querida madre llorar la muerte de su hijo, tocó el cadáver del joven que llevaban a enterrar, y el joven volvió a vivir.

En todo el mundo hay quienes necesitan hoy mismo el toque de una mano amiga. Cristo está dispuesto a poner su mano bendita sobre éstos que han estado sintiendo el desaliento y la tristeza, de modo que sientan más bien, con una emoción indecible, el toque de esa mano salvadora.



OTROS TITULARES

Carnaval Tropical

Sin embargo, no me doy cuenta que estoy en una secta

Lógico

�Qué es la Teosofía?

El toque de una mano

Buzón de los Lectores

Empresarios y las reformas

 


 

  

 

linea
linea gris
 

   Copyright © 1995-2005, Crítica en Línea-EPASA 
Todos los Derechos Reservados