El ministro de Gobierno y Justicia, José Raúl Mulino, aclaró ayer, jueves, un comunicado que fue remitido por el Ministerio de Defensa Nacional de Colombia, donde la máxima autoridad de esa entidad, Gabriel Silva, resalta que "autoridades panameñas bombardearon un campamento de la FARC cerca de la frontera".
Desmintió esas aseveraciones al justificar que "el incidente fue un hecho fortuito que se identifica luego de que esta patrulla panameña compuesta de aproximadamente 40 unidades, respondió a lo que se conoce como legítima defensa por parte de las autoridades dentro del país, para dar fiel custodia del mismo".
Dejó claro que "no un hubo ningún bombardeo, ni fue una decisión tomada con meditación, organización ni con premeditación de las autoridades panameñas, para atacar ningún componente guerrillero o narco guerrillero en nuestro territorio".
También negó que ese enfrentamiento estaba programado entre las autoridades panameñas y colombianas, porque el hecho de que Panamá tenga con Colombia mecanismos de cooperación en materia de seguridad, no implica que este país esté participando en el conflicto que se lleva acabo entre la república de Colombia y ese grupo de insurgentes.
¿PREVISION O COINCIDENCIA?
Aunque desde el pasado lunes se encontraban en Panamá las más altas unidades de Colombia en materia de seguridad, defensa e inteligencia, Mulino sustentó que lo sucedido en Balsal fue una coincidencia. Agregó que esas autoridades se encontraban en el país como parte de las reuniones rutinarias de la Comisión Binacional Colombo-Panameña.