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Cuando se trata del surf, no hay términos medios: o te apasiona, o sencillamente no te importa. No solamente Blue Crush es una película sobre surf, sino que establece ese punto desde el mismo principio. Lo primero que ves son las olas y los surfers haciendo lo que mejor (y algunos de ellos lo único) que saben hacer.
La cinta inicia presentándonos un día dentro de la comunidad de surfers de Hawaii, quienes se toman bastante en serio su disciplina. Lo único que se hace es surfear. Cuando no se está surfeando, se está esperando una ola para surfear. Y cuando se está en tierra, se habla de surf.
Esta es la "Rocky" de las películas sobre surf. Anne Marie (Kate Bosworth) es la más talentosa de un grupo de cuatro chicas que viven la vida que todo surfer radical desea: en una casa frente a una playa de Hawaii.
Ella y sus amigas trabajan como mucamas en un hotel 5 estrellas de Hawaii, vistiéndose con la ropa de los huéspedes cuando estos no están, y comiéndose las sobras de la comida gourmet que dejan.
Anne Marie se prepara para competir en el Pipe Masters, pero ha quedado traumada por un accidente surfeando que casi la mata. Cada vez que se va a montar en una ola grande, le da la calambrina, y al último momento hace como Alberto Vallarino: se echa.
Para colmo de males, en vez de practicar para el torneo, lo que hace es enamorarse de Matt (Mattew Davis); un Quarterback de Fútbol Americano que se está hospedando con sus compañeros de equipo, quienes deben ser la gente más cochina que se ha pasado la noche en un hotel. Cuando vean la película se darán cuenta.
También notarán que en Hawaii pareciera que no hay ni una sola persona que no tenga un abdomen absolutamente plano. Los únicos gordos son los dos compañeros de Matt, quienes están únicamente para hacer el ridículo de sí mismos y dar los momentos de comedia en la película.
Entonces, ¿Logrará Anne Marie encontrar el amor de su vida? ¿Podrá sobreponerse al miedo y surfear la ola más grande de la competencia? No creemos que sea necesario contestarlo.
Cuando nos encontramos una película que sabemos cómo va a terminar, debemos preguntarnos si esa película nos está manteniendo entretenidos durante el transcurso. Y en Blue Crush, el factor entretenimiento depende en gran medida en que disfrutes las escenas de surfing.
Si eres de los que te apasiona, o por lo menos aprecias y respetas lo que los surfers hacen, te darás cuenta que lo mejor es el trabajo de cámaras. Uno está prácticamente dentro de las olas, y puede apreciarse toda la fuerza de una pared de agua de seis metros que viene para encima.
En Blue Crush hay romance, comedia, una peleíta, e incluso algo de persecusión en automóviles. Pero todas esas escenas son prácticamente el 20% del total. Todo el resto es surf, así que más vale que surf te guste, porque, como ustedes saben, el sonido del océano tiende a hacer que algunas personas se duerman. |
