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Bomberos australianos tratan de acabar con los incendios.  |
Los incendios forestales continúan avanzando en forma incontrolable en el sureste de Australia.
Helicópteros lanzan agua en la lucha por contener las llamas.
Por primera vez las llamas ingresaron a Pennant Hills, uno de los suburbios de la ciudad de Sydney, que continúa envuelta en una nube de humo.
La lucha contra el avance de las llamas se ve dificultada por las condiciones meteorológicas, con temperaturas de 35 grados, combinadas con escasa humedad y vientos de más de 70 kilómetros por hora.
Más de 10.000 bomberos y voluntarios luchan por extinguir los cerca de cien incendios en el estado de Nueva Gales del Sur.
Muchos animales no han podido salvarse.
Los habitantes de varias localidades han sido desalojados y hasta ahora no se ha informado de víctimas humanas.
La catástrofe ha causado según informes la muerte de 5.000 ovejas, ha arrasado más de cien viviendas y ha destruido más de 300.000 hectáreas de bosques.
El principal foco de los incendios surgió el pasado 25 de diciembre en las Montañas Azules y se extendió hacia la costa a una velocidad aproximada de diez kilómetros por hora.
Los bomberos en Sydney bombearon agua de piletas de natación y lagos cercanos en su lucha desesperada por contener las llamas, a medida que crece la amenaza a los suburbios de la ciudad.
Pennant Hills fue una de las áreas afectadas, pero un cambio en la dirección del viento y el lanzamiento de agua desde helicópteros impidieron que los incendios se apoderaran de otro suburbio, Epping, donde las cercas de algunos jardines ya habían comenzado a prenderse fuego.
De acuerdo a las autoridades, la situación es crítica, pero se espera que el viento pierda intensidad a lo largo del día, facilitando levemente la lucha contra el fuego.
El gobierno australiano dice creer que muchos de los incendios fueron iniciados por pirómanos y busca en estos momentos a los responsables.
Los virulentos incendios forestales que rodean a Sydney superaron este martes las barreras de contención, impulsados por los vientos y el intenso calor, y están a unos 15 km del centro de la ciudad.
Las carreteras estaban cortadas, y un humo espeso avanzaba hacia la ciudad.
"Es algo (el corte de carreteras) que esperábamos poder evitar, pero no ha sido posible", dijo Phil Koperber, responsable del mismo servicio.
"La mayoría de los grandes incendios que hay en un perímetro de fuego de 1.200 km superaron las barreras de contención", afirmó.
Koperberg precisó que actualmente el número de focos que rodean Sydney es de unos 80.
Unos 15.000 bomberos luchan contra las llamas para frenar estos incendios que han calcinado ya 250.000 hectáreas de matorrales alrededor de Sydney.
Se sospecha que la mitad de los incendios fueron provocados. |