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 Domingo 2 de enero de 2000


CON CONCIENCIA Y RESPONSABILIDAD
Perspectiva del Canal de Panamá ante un nuevo milenio

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Redacción
Crítica en Línea

Desde el mediodía del pasado viernes 31 de diciembre de 1999, la vía interoceánica está bajo jurisdicción absoluta del gobierno panameño, que lo administra mediante una institución autónoma llamada Autoridad del Canal de Panamá, integrada por 7.000 personas.

Comisión del Canal de Panamá: El futuro de la Cuenca del Canal de Panamá dependerá de que se reconozcan las características únicas de un ecosistema tropical.

Desde su inauguración, más de 800,000 naves y cerca de 6,000 millones de toneladas y de carga de todo el mundo han transitado el Canal de Panamá.

El hecho de que este atraviese las bellas montañas de Panamá cubiertas de selva, le da doble atractivo a los visitantes y los pasajeros del creciente número de cruceros que transitan el Canal.

Las bellísimas naves constituyen a su vez un punto focal de interés tanto para residentes como para extranjeros que visitan la vía acuática.

Entre las regiones más importantes a las que sirven el Canal están la costa oeste de los Estados Unidos, Canadá, Asia, Europa y la costa oeste de Sur y Centroamérica.

El negocio de la vía acuática se concentra básicamente en granos, petróleo y derivados, automóviles, carga en contenedores, artículos manufacturados en el Japón, bananos, carbón, chatarra y fosfatos.

La Comisión del Canal trabaja en la actualidad con un presupuesto anual de más de 500 millones de dólares, fondos que deben ser generados por los servicios de tránsito, ya que según las leyes de los Estados Unidos no se pueden apropiar fondos federales para subsidiar la empresa canalera.

Las tarifas de la Comisión para el tránsito de barcos son de 2.01 dólares por tonelada del Canal de Panamá para barcos con carga, 1.76 dólares por toneladas para naves en lastre (sin carga) y 1.23 dólares por tonelada de desplazamientos para naves especiales (buques hospital, etc).

Para determinar el peaje que deben pagar los buques con carga y en lastre, desde el 1 de octubre de 1994 la Comisión del Canal implantó un método compatible con el estándar mundial promulgado por la Convención Internacional de Arqueo de Tonelaje de Naves aprovada en 1969.

El constante incremento del tránsito canalero salta a la vista en dos cifras: en el año de su inauguración cruzaron el Canal de Panamá 1,058 naves; en 1995 pasaron 13,459.

Gracias a una fuerza laboral altamente adiestrada y a la oportuna ejecución de las mejoras necesarias, la Comisión del Canal ha procurado mantener en un máximo de 24 horas el tiempo promedio que los barcos pasan en aguas del Canal.

Desde 1914, la vía interoceánica abierta a través de nuestro Istmo ha sido una presencia decisiva en los patrones de comercio mundial.

Su diestra y dedicada fuerza laboral, las permanentes prácticas de mantenimiento y seguridad, la sistemática incorporación de alta tecnología en sus distintas áreas, y programas a largo plazo de incremento de su capacidad, como el del ensanche del Corte Gaillard, son claro testimonio de que el Canal de Panamá está listo para satisfacer las necesidades del mundo marítimo en el nuevo milenio, cuando Panamá asuma el control absoluto de su vía interoceánica.

La ecología y el Canal: La deforestación puede convertirse en uno de los problemas más graves para la vía interoceánica. En los últimos 40 años, el frágil ecosistema se ha visto amenazado por precaristas que han invadido tierras de la Cuenca del Canal, utilizando muchas veces malas prácticas en el uso de los suelos, como ganadería en terrenos con pendientes pronunciadas, extracción indiscriminada de la madera y práctica de la agricultura en tierras poco fértiles. El mal uso de estos recursos incrementa la erosión, y después de ser arrastrada la materia vegetal y mineral de los suelos, se deposita en el fondo de los ríos y lagos acelerando la sedimentación y reduciendo la capacidad de embalse. De no establecerse un programa de siembra de árboles, pasarán muchos años antes de que estos puedan reemplazar la vegetación devastada.

El futuro de la Cuenca del Canal de Panamá dependerá de que se dejen de considerar como ilimitados los recursos naturales y se reconozcan las características únicas de un ecosistema tropical, sus limitaciones y posibilidades. Velar por ello compete principalmente al INRENARE, a la ARI y también a la Comisión Mixta del Medio Ambiente, creada por los tratados vigentes e integrada por representantes de los Gobiernos de los Estados Unidos y Panamá. Pero el tema nos concierne a todos: solo así se podrá planificar un futuro promisorio para la cuenca hidrográfica, el Canal de Panamá y la sociedad.

 

 

 

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