lunes 1 de diciembre de 2008

 

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SOCIAL ENFERMOS DE SIDA SUFREN POR PARTIDA DOBLE
Ser rechazado duele

Redacción | Crítica en Línea

El reloj marcaba las 2: 30 p.m. del viernes 26 de febrero de 2002. En la residencia de sus padres, en Bella Vista, Sebastián, de 20 años de edad, se apresuraba a empacar su maleta, para dirigirse a la Gran Terminal. Una vez allí, entre el tumulto que luchaba por abordar un autobús, lo esperaban sus "compinches" Federico y Jorge, para viajar hacia Las Tablas, donde ya la gente disfrutaba de la juerga., Crítica en Línea

El desfile de imponentes carrozas, desde donde las reinas del Carnaval, de ambas tunas, se demeritaban con "pullas" muy bien rimadas; culecos y saraos le daban vida al parque Porras.

Ya a las 2: 00 a.m., Sebastián, Federico y Jorge se perdieron entre la muchedumbre que se contoneaba al ritmo de las tonadas. En el lugar no faltó el consumo de alcohol y de sustancias alucinógenas.

Al cuarto día, Sebastián despertó ebrio sin recordar lo ocurrido el día anterior. Una desconocida de aproximadamente 20 años lo acompañaba. De sus compinches no supo nada, hasta cuando regresaron a la capital.

De esta historia ya han transcurrido seis años. Sebastián culminó en 2006 su licenciatura en administración de empresas en la Universidad de Panamá (UP). En una entrevista en marzo de 2007, para optar por un empleo, y en la que le exigieron como requisito la prueba de VIH, le diagnosticaron la enfermedad.

La noticia lo turbó, pues no presentaba sintomatología. En sus horas libres, se dedicaba a hacer deporte y en la semana impartía clases de matemáticas en un centro escolar privado, donde sin justificación le remitieron carta, mediante la cual la administración del plantel le manifestó que prescindía de sus servicios.

En una estrecha residencia, ubicada en el corregimiento de Juan Díaz, donde nos confió su historia, se dedica a la reparación de calzados y a la cría de aves de corral como medio de subsistencia. De su familia obtiene poca información, pues hace tres años sus padres se mudaron a la provincia de Veraguas.

Su novia Andrea, con quien mantuvo una relación de más de siete años, murió hace ocho meses, a causa de diagnóstico pulmonar agravado, que la mantuvo hospitalizada por varios meses. A su sepelio sólo asistieron 11 personas, entre las que no figuró la familia.

Para Sebastián no ha sido fácil lidiar con esta enfermedad en una sociedad donde las personas que la padecen son "estigmatizadas". "Recuerdo que en una de las ferias de trabajo organizadas por la empresa privada en coordinación con el Gobierno me llamaron para una entrevista, pero al conocer mi diagnóstico, se limitaron a decir: "tan pronto se dé una vacante lo llamaremos".

Otro caso similar ocurrió en 2006 cuando sufrió fractura en el brazo izquierdo y tuvo que ser intervenido en el sitio del accidente. "Cuando le dije al paramédico que era portador de VIH, se negó a limpiarme la herida, así me dejó hasta cuando llegue al hospital".

Hoy, Sebastián recibe atención médica gratuita en una de las clínicas antirretrovirales que administra el Ministerio de Salud (MINSA) en las 14 regiones de salud del país.

LA LEY SE QUEDO SOBRE EL PAPEL
La coordinadora de Promoción y Gestión de la Fundación Pro- Bienestar y Dignidad de las Personas Afectadas por VIH

SIDA (PROBIDSIDA), Edith Tristán, quien padece de esta enfermedad desde hace 19 años, aseguró que en Panamá hay una gran cantidad de profesionales que han adquirido el virus, pero que por temor al rechazo ejercen otro oficio, y lo que es peor, rehúsan hacerse la prueba.

Destacó que este año se ha registrado una alta incidencia de mujeres casadas entre los 45 años y 60 años, que fueron contagiadas por su pareja, que mantenía una relación fuera del matrimonio.

Advirtió que el panameño no ha tomado conciencia sobre el SIDA e insiste en mantener una conducta promiscua ante una enfermedad que no discrimina sexo, raza, religión, condición económica.

Por su parte, la directora del Programa Nacional de VIH y Trasmisión Sexual del MINSA, Yira Ibarra, aseveró que pese a que la entidad a través de las Clínicas de Higiene mantiene estricto control de las mujeres que se dedican al comercio sexual, existe un grupo de hombres y mujeres que ejerce el oficio de forma clandestina, y fuera de los lugares habituales, para ganar dinero adicional.

Desde que en Panamá se diagnosticó el primer caso de VIH en 1984, se han registrado 6, 282 defunciones, de las cuales 4, 771 corresponden al sexo masculino y mil 511 al femenino. La mayor incidencia se concentra, en su orden, en el grupo de heterosexuales (3, 228) y homosexuales con (1, 163).

Cada año el MINSA invierte 15 millones de balboas en la lucha contra el SIDA.

REALIZAN ESTUDIO
Mañana, Día Internacional del SIDA, el MINSA pondrá en marcha el Estudio Multicéntrico, en las 14 regiones de salud, con la aplicación de un muestreo que abarcará a toda la población, a fin de obtener cifras reales sobre esta enfermedad.

 

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