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Aunque Hugo Chávez aún está lejos de superar el porcentaje adverso de popularidad (el 70 por ciento de la población no lo quiere), la oposición sigue de cerca y preocupada la abrumadora acometida. |
En un esfuerzo por reconquistar a un electorado al borde del desencanto irreversible, el presidente Hugo Chávez está prácticamente clonando al Estado venezolano mediante la formación de organismos paralelos a la burocracia tradicional que operan con mayor celeridad bajo su órdenes.
La inminencia de un referendo revocatorio del mandato presidencial, ha forzado a Chávez a dirigir, a voz en cuello, el costoso despliegue de un Estado ambulante de soldados, médicos importados, profesores y vendedores de víveres que suben a los cerros miserables de esta ciudad para hacer caridad en nombre de la revolución bolivariana.
''No dejen que se roben tus logros'', dicen las sugestivas pancartas oficiales con que las caravanas se toman los barrios en donde ciertamente no hay logros.
Los dividendos de la ofensiva de Chávez ya son claros: en los últimos tres meses el Presidente ha aumentado su popularidad en un promedio de cuatro puntos. |