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FAMILIA
�Trabaja m�s de la cuenta?

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Tomado
De Internet

Las personas adictas al trabajo suelen darle m�s valor a las cuestiones laborales que a asuntos familiares, art�sticos o espirituales.

Es usted del tipo de personas que por su iniciativa y por una obligaci�n autogenerada trabaja m�s de la cuenta, se encarga de asuntos de trabajo que no le incumben y est� siempre sobrecargado? Si es as�, probablemente forme parte de la lista de los miles de ejecutivos adictos al trabajo, tambi�n llamados workaholics.

De acuerdo con especialistas, los maniacos del trabajo se caracterizan por ser personas que se encierran en sus labores para eliminar o reducir la ansiedad que experimentan, pierden la dimensi�n del trabajo como un medio para vivir y lo convierten en un fin.

Su obsesi�n, se�ala Monique Zepeda, psicoterapeuta, los lleva a darle m�s valor a las cuestiones relacionadas con la empresa para la que trabajan que a asuntos familiares, art�sticos o espirituales.

James Hasse, director de la empresa CommSciences Midwest Office, convirti� el reto de superar su par�lisis cerebral en adicci�n por el trabajo. Actualmente, pertenece al grupo de ayuda Workaholics Anonymous.

"El trabajo consum�a todas mis energ�as y tiempo, me controlaba el deseo de ser una persona exitosa; los aspectos sociales, emocionales y psicol�gicos de mi vida se basaban en lograrlo".

No obstante de la importancia que estos enfermos atribuyen a su trabajo, se sienten menos satisfechos de su situaci�n laboral que otros.

Cuando no trabajan exageradamente se creen irresponsables, al considerar que no est�n cumpliendo su objetivo, se culpan de estar perdiendo el tiempo, as� que empiezan a darle m�s valor al estar produciendo que a tener ratos de descanso o desarrollar otras �reas importantes de su vida.

Al igual que los drogadictos, los adictos al trabajo buscan siempre la v�a m�s r�pida de obtener adrenalina, s�lo que a diferencia de los primeros, para los workaholics el trabajo constituye su droga.

Alejandro, experto de la comunicaci�n, se reconoce adicto al trabajo.

"Siempre estoy al filo de la navaja, a punto de un infarto. Me gusta trabajar, me gusta lo que hago y siento que siempre es perfectible, he aprendido a manejar el estr�s, aunque en ocasiones �ste surge de nuevo".

Un s�ntoma m�s de quienes padecen este tipo de neurosis es que normalmente demuestran un alto grado de competitividad; sin embargo, son muy impacientes, se enojan con facilidad, los agobian complejos de inferioridad y tendencias a sentirse f�cilmente ofendidos.

Contrario a lo que pudiera creerse, la man�a obsesiva por el trabajo no se limita a directores de empresas o altos ejecutivos, �sta afecta tambi�n a obreros, funcionarios e incluso a pensionistas, amas de casa y estudiantes.

Todos viven influenciados por el perfeccionismo, la incapacidad de trabajar en equipo, la eterna falta de tiempo, el desasosiego y miedo a la competencia.

"Todos estamos expuestos a convertirnos en adictos al trabajo, si dejamos que factores emocionales y econ�micos nos lleven a enfrascarnos en el trabajo de tal forma que perdamos el equilibrio", asegura Zepeda.

Detr�s de la compulsi�n al trabajo existe una necesidad de placer, que no siempre involucra el dinero, �ste puede representar para el adicto s�lo un elemento m�s de poder frente a los dem�s.

De acuerdo con especialistas, la adicci�n tiene que ver, m�s bien, con una necesidad interna de autoestima que se ve satisfecha mediante la cuota diaria de trabajo.

Es probable tambi�n que el adicto encuentre en su trabajo el �xito que no puede lograr en otras �reas de su vida.

"El ser una persona con discapacidad me hizo idealizar mi independencia econ�mica y familiar, para lograrlo deb�a trabajar duro y hacerlo mejor que otros, eso probaba que yo era una persona inteligente", se�ala James Hasse.



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"El ser una persona con discapacidad me hizo idealizar mi independencia econ�mica y familiar, para lograrlo deb�a trabajar duro y hacerlo mejor que otros, eso probaba que yo era una persona inteligente", se�ala James Hasse.

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