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La noticia que ha impactado en todos los círculos financieros, es que Argentina está en quiebra. Esta realidad económica del país suramericano debe ser analizada en Panamá porque los argentinos privatizaron en forma acelerada, sin estar preparados ante un posible fracaso.
El sindicado ex presidente Carlos Menem creó una ficticia situación financiera y hoy, el mandatario Fernando De la Rúa, pega gritos al cielo ante un colapso social, político y económico que vive la nación sureña. Los neoliberales panameños y quienes sustentaron estas tesis liberadora de la economía, no han entrado a analizar ante la opinión pública lo que está ocurriendo.
Y hoy día, el experimento de las tierras de Las Pampas, mantiene a un país fuera del crédito internacional, los pagos de los salarios de los funcionarios y de los jubilados, dependiendo de la recaudación mensual de los ingresos y una deuda externa de 130 mil millones de dólares, donde una parte de ella (30 mil millones) tendrá que ser pagada el próximo año a los retenedores de bonos.
Las entregas de los recursos generadores de desarrollo fueron dadas a transnacionales en ese país, que por los vientos que soplan, ni aumentaron las inversiones ni impulsaron el crecimiento ni mejoraron los servicios. Lo que ocurre en Argentina nos debe servir a nosotros para que pensemos que es tiempo que también pongamos nuestras barbas en remojo. |
