MENSAJE
La oraci�n que le ense�� su madre
Hermano Pablo
Grande, muy grande, es el Pac�fico. Y peque�o, muy peque�o, el yate de velas. As� mismo, fue muy largo el viaje emprendido: desde Sidney, Australia, hasta San Diego, California. Pero como Jack Nolan no le tem�a a las olas, iz� velas, puso proa al noreste y comenz� la aventura. A ochocientos kil�metros de la costa una s�bita ola hizo zozobrar su embarcaci�n. Jack tuvo tiempo apenas de agarrarse a un peque�o bote de goma salvavidas. Y all�, en medio del Pac�fico, solo y desamparado, record� las palabras que su madre le hab�a ense�ado en su ni�ez: �Cuando est�s en problemas, clama a Dios.� Jack or�, y Dios, de un modo maravilloso, lo salv�. Lo salv� del hambre, de la sed, de las olas y del sol abrasador. El primer comentario de Jack al ser rescatado fue: �Antes no cre�a en Dios, pero ahora s�.� No hay como un serio peligro para hacer entender a los esc�pticos que Dios existe. No hay ateos en trincheras, y tampoco hay incr�dulos cuando una grave enfermedad hiere, o cuando la tierra tiembla, o un cicl�n destructor se avecina. No hay ateos en los momentos de peligro, de dolor, de angustia. Incluso, es cuando no tiene m�s esperanza que ese Dios que tiene olvidado y relegado al fondo de la conciencia, que el ser humano clama con necesidad a �l, y Dios en su bondad siempre responde. Es que aun en el hombre m�s endurecido hay encendida una peque�a llama divina. Mao Tse Tung, el l�der comunista chino, dijo en su lecho de muerte: �Mi cuerpo est� acribillado de enfermedades. Tengo una cita con Dios.� Jack Nolan record� las oraciones que le ense�� su madre. Y estando solo, desamparado, sin socorro y d�bil, sin m�s recurso f�sico que un peque�o bote inflable y a merced de las olas, clam� a Dios, y Dios lo oy�. �Ser� necesario llegar a la necesidad extrema para acordarse uno de Dios? �Seguro que no! Aunque muchos, ciertamente, a causa de su dolor, de su pobreza y de su agon�a, han encontrado a Dios, es tambi�n un hecho que muchos han hallado su gracia y su amor en medio de la salud y la abundancia. �Por qu� no permitirnos el disfrute de la gracia de Dios ahora que todo nos est� yendo bien? As� tendremos la fe y la esperanza espiritual cuando las cosas tomen un giro contrario. Cristo quiere ser nuestro amigo, pero no porque nos estemos hundiendo. �l desea nuestra amistad, para que cuando nos vaya mal, pueda ayudarnos con toda confianza. Rind�monos al se�or�o de Cristo. �l s�lo espera que lo llamenos.
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