Las montañas coclesanas, además de producir ricas y jugosas naranjas, esconden muchos otros secretos, pero hizo falta que una antropóloga estadounidense los hiciera notorios, para que tanto nacionales como extranjeros supieran cómo es el día a día del campesino de subsistencia en Loma Bonita, un sitio donde la pobreza no amedrenta la belleza.
Situada en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera (PNGDOTH), en el corregimiento de Las Lomas, distrito de La Pintada; Loma Bonita, si bien no es la única ni la más pobre de las comunidades de la campiña panameña es, sin duda alguna, representativa de los escenarios que a lo largo y ancho del país todavía se encuentran en el medio rural.
Al igual que en otras comunidades, el acceso no es fácil, hay tramos de carretera aún de piedras y en malas condiciones, lo que empeora el tránsito en algunas épocas del año, tampoco hay energía eléctrica y el acueducto es rural, pero ni siquiera estas limitaciones han sido motivo para que sus moradores sucumban ante la adversidad y a través de la organización y el trabajo comunitario, sus moradores luchan cada día por salir adelante.
Desde hace quince años, crearon legalmente la Asociación de Pequeños Productores El Porvenir (APEP), conformada por unos 40 socios, y a través de la cual, ellos han logrado el apoyo y financiamiento de algunas entidades públicas y privadas para la ejecución de proyectos de desarrollo, con los cuales han mejorado la producción de alimentos, sin comprometer los recursos naturales y la biodiversidad que les rodea.
APROVECHANDO EL ESTIGMA DE LA ETIQUETA "POBREZA"
"Panama's Poor: Victims, Agents, and History makers" (La Gente Pobre de Panamá, Víctimas, Agentes, y Hacedores de la Historia) es el título del libro publicado hace ya una década por la antropóloga Gloria Rudolf, en el que describe sus vivencias en Loma Bonita, y el cual -no cabe duda- es motivo de orgullo para muchos moradores de esa comunidad, para quienes el estigma de "pobreza", más que una debilidad, lo han sabido capitalizar como una oportunidad.
Y es que tras la publicación del libro, Loma Bonita es visitada anualmente por grupos de estudiantes universitarios nacionales y extranjeros, que encuentran en esa comunidad el sitio ideal para sus investigaciones socioeconómicas o su obra social/comunitaria, según sea el caso.
Tal está siendo la afluencia de visitantes, que los socios de APEP identificaron como una oportunidad crear facilidades de alojamiento -sencillo- a fin de poder acopiar mayores beneficios de su condición rural y por qué no decirlo.. "fama". Ecoturismo con conciencia social
Mariano Navarro González es el presidente de APEP. De aspecto sencillo, pulcro y expresión elocuente no oculta su genuina admiración por la antropóloga Rudolf y la exposición que ha dado a Loma Bonita. "Al principio no fue tan estudiado por muchas universidades, pero es el libro que está más actualizado en cuanto a la parte socioeconómica y sociocultural de los pueblos pobres campesinos de este país", relata Mariano, quien -al igual que sus vecinos- atribuye al libro el incremento de visitantes, principalmente de estudiantes.
La APEP, como agrupación, ha realizado proyectos agropecuarios y agroforestales en asocio con la Cooperativa Juan XXIII, la Fundación Natura y el Proyecto Corredor Biológico Mesoamericano del Atlántico Panameño (CBMAP) en su primera fase. De estos últimos, todavía cuentan con un fértil zoocriadero de conejos pintados y áreas reforestadas con especies frutales y maderables nativas como naranjas, cedro, laurel, cedro espino y javillo, que utilizan además a manera de módulos demostrativos, en actividades de capacitación entre pares.
Actualmente, con el apoyo del proyecto CBMAP II están por culminar una inversión ambiental ecoturística, que consistió en la construcción de un hospedaje para dar albergue a los visitantes que acuden a Loma Bonita, un sitio donde el forastero entra en contacto con un paisaje natural y se fusiona sutilmente con los habitantes locales y sus costumbres.
