Israel ha autorizado la entrada a partir de hoy de asistencia médica y combustible para la principal planta eléctrica de Gaza, después de que las últimas medidas de castigo provocaran grandes apagones en la franja y críticas internacionales.
El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, autorizó la entrada de "fuel" para la planta eléctrica de Gaza, cuyas turbinas dejaron de funcionar el domingo por falta de combustible, lo que dejó a oscuras a unas 800.000 personas en el centro de la franja.
El corte fue el resultado de la medida adoptada el jueves pasado por Israel de cerrar todos los pasos fronterizos e impedir asimismo el acceso de ayuda humanitaria a Gaza, en represalia por el lanzamiento de cohetes contra territorio israelí por parte de las milicias palestinas.
Barak conversó por teléfono con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, a quien aseguró que Israel no tiene interés en provocar una crisis humana en la franja de Gaza, pero al mismo tiempo recalcó que no permitirá que los milicianos palestinos continúen atacando desde la franja localidades israelíes.
Con todo se advierte de que "si continúa el lanzamiento de cohetes, no nos lo pensaremos dos veces en lo relativo a reforzar las sanciones y cerrar las fronteras".
El Ministerio de Defensa afirmó también que se permitirá la entrada de gasóleo para los generadores y el consumo doméstico, aunque un portavoz de Exteriores matizó que las restricciones permanecerán en pie sobre la gasolina para vehículos.
ESTRCITAS MEDIDAS: PRESION INTERNACIONAL 800 MIL
Cerca de 800 mil personas se han quedado sin energía eléctrica en la Franja de Gaza, lo que provocó el rechazó de varias naciones.