HISTORIA GENERAL DE LOS
HECHOS
DE LOS CASTELLANOS
en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano. Tomo II
Década
Segunda. Libro Quinto.
Capítulo XVI.
(...) En las cosas de la guerra, o pacificación
de los indios, no tenía descuido Pedrarias, ni el licenciado
Espinosa, su Alcalde Mayor; y entre los señores que más
resistían la comunicación de los Castellanos, y
rehusaban la obediencia del rey, era uno, llamado Urraca, que
señoreaba las Sierras comarcales de Veragua, el cual era
tan vigilante en la guerra , y tan valiente que no hubo reencuentro,
en que no matase, e hiriese algunos Castellanos. El Licenciado
Espinosa salió de Panamá, en dos navíos
bien apercibidos de gente y de lo demás, con dos o tres
caballos y fue la Costa abajo del Poniente, a sojuzgar la gente
de las islas que dijeron del Zobaco, que son más de treinta
grandes y chicas, sesenta leguas de Panamá; y con otro
golpe de gente, envió por tierra a Francisco Pizarro,
que tuvo muchos reencuentros con los indios, y al fin los dejó
descalabrados, y sojuzgados.
Grabado que
representa el trabajo de los indígenas en las minas (Salvat
). |
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Llegó Espinosa a las
Islas y todos le salieron de paz, porque no se atrevieron a resistirle.
Y entre otras cosas, preguntando si había oro, respondieron
los indios que en las Sierras, adonde señoreaba Urraca,
había mucho (...)Con estas nuevas pasó su gente
a aquella tierra; y Urraca viendo desde sus montes andar por
la mar los navíos, sabiendo que no era en balde, y que
al cabo le habían los Castellanos de ir a buscar, estaba
apercibido, puestas las mujeres y niños y gente, que no
era de pelear, en recado, y siendo avisado de sus espías,
que ya iban los Castellanos, les salió al encuentro, con
tanto esfuerzo y braveza, que era maravilla.Toparon primero con
ciertos indios de los Castellanos, que habían enviado
adelante, a los cuales mataron, y dieron con sus dardos, y flechas
sobre los caballos, los cuales, con los peones, herían
y mataban los que podían. Los indios contra ellos fortísimamente
peleando, herían muchos Castellanos, y en gran manera
los lastimaban porque cercándolos por todas partes los
combatían. |