HISTORIA GENERAL DE LOS
HECHOS
DE LOS CASTELLANOS
en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano. Tomo II
Libro IX,
Capítulo XI
Del suceso de la jornada de Felipe Gutiérrez
hizo a Veragua; los daños que los caribes hacían
en las islas y costa de Tierra Firme, y orden que se había
de tener en hacerles guerra y quejas contra don Pedro de Heredia.
Mapamundi de
1543
(Salvat). |
|
Pareciendo a Felipe Gutiérrez
que el Río de Belén, en la provincia de Veragua,
era muy rico, pidió al Rey aquella conquista , que es
en la costa de Tierra Firme, cuyos límites son desde donde
se acaban los de la gobernación de Castilla del Oro hasta
el Cabo de Gracias a Dios y por ser su criado, de muy buena gana
se la concedió, sin perjuicio de cualquier derecho que
el Almirante de las Indias pretendiese tener en aquella Gobernación,
especialmente con que no entrase en las veinte y cinco leguas
de tierra en cuadro,que en la dicha provincia se habían
concedido al Almirante de las Indias.Y hecho el asiento con los
mismos capítulos y condiciones que se acostumbraban en
semejantes descubrimientos y conquistas, añadiendo una
cláusula y orden que generalmente se envió a todas
las partes de las Indias, la cual fue que ninguna persona
trajese indios a estos reinos ni en las Indias los pudiese vender
por esclavos siendo libres, so pena de muerte; y este mandato
tantas veces reiterado convenía, porque con dificultad
se podían abstener los hombres de la costumbre.Y parecía
cosa dura que los caribes y otros (...) no fuesen esclavos; pero
para esto el Rey tomaba por expediente que se hiciesen las diligencias
de que se ha hecho mención; y ahora mandó a los
de Panamá que las cumpliesen con los caciques de aquella
provincia que andaban levantados y hacían guerra, que
eran Penonomé, Rota y Corté y San Cristóbal,
y que el Obispo o su Provisor y el Gobernador o su Teniente,
fuesen a ellos llevando religiosos que asistiesen, con escribano,
los requiriesen con la paz una y muchas veces, prometiéndoles
que fielmente se les guardaría y cumpliría lo que
se les prometiese y se les haría todo buen tratamiento;
lo cual cuando viniesen de paz, el rey encargaba las conciencias
al Prelado y religiosos y que cuando hechas estas diligencias
no aprovechase y se declarase , que se les hiciese guerra; el
rey daba licencia que se hiciese y los tomasen por esclavos y
usasen de ellos como tales .(...)
Felipe Gutiérrez, en
habiendo tomado sus despachos, fue haciendo sus provisiones y
embarcó más de cuatrocientos soldados y proveído
de caballos en la isla Española, llegó a salvamento
a Veragua, donde halló dura resistencia en los indios,
que usaban de la yerba emponzoñada en sus flechas y desesperadamente
peleaban, lo cual fue de gran impedimento para que no se pudiese
hacer provisión de vitualla de la tierra y la que se llevó
en los navíos se iba consumiendo sin orden ni tiento,
y acabada creció la hambre y la desventura llegó
a lo extremo que podía, porque acabado de comer los perros
y caballos, cuando no se hallaba algún indio que comer,
hubo algunos que mataron un cristiano enfermo y se lo comieron
(...) Las angustias y tormentos que esta gente padeció
no se pueden fácilmente encarecer, pues sin remedio parecían,
en parte que aún las hierbas del campo ni bastaban para
sustentarlos ni acabarles su miserable vida. Mucha culpa se dio
de esto a Felipe Gutiérrez, porque no viendo esperanza
de algún alivio, antes de dejar llegar a tal extremo las
cosas, no se determinó con ánimo y valor de meterse
por la tierra sin temor de peligro ninguno y penetrarla hasta
salir a Castilla del Oro o a Veragua; pero cuando más
no pudo, sin respeto de su reputación, se metió
en una barca que solamente tenía y con algunos pocos amigos
aportó a Nombre de Dios, desde donde se pasó al
Perú. (...) |