FERNANDO

DE LA SERNA

"EXPLORACION DEL CHAGRES" (1527)

En Panamá , primero día del mes de mayo, año del nacimiento de nuestro Salvador Ihu Xpo, de mil y quinientos y veinte y siete años, ante el muy noble señor licenciado Juan de Salmerón, alcalde mayor y juez de residencia en estos reinos de Castilla del Oro por sus Majestades, y en presencia de mí el escribano, parecieron el capitán Fernando de la Serna y el piloto Corco, y Miguel de la Cuesta, y presentaron esta relación que dieron firmada de sus nombres, la cual es de lo hicieron en el descubrimiento del río del Chagres, y de lo contenido en la instrucción que llevaron para el dicho descubrimiento, lo cual vino en pos del otro es esto que se sigue.

La Ciudad de Panamá según Felipe Huaman Poma de Ayala: (Nueva Crónica y buen gobierno)

Lo que vos el capitán Serna y el piloto Corco, que vais por mandado de su señoría de este consejo a descubrir el río de Chagre, habéis de hacer en el dicho descubrimiento, es lo siguiente:
Primeramente habéis de hacer una canoa en lo más cercano al río de Chagres, y donde mejor os pareciere para que en buena hora con ella y con la gente que lleváis, podéis descubrir el dicho río.

Item, habéis de ir por el dicho río abajo , y así a la ida como a la vuelta habéis de mirar con mucha atención y cuidado todos los pasos que en él hubiere que parezcan dificultosos de pasar con barcas y con bergantines, así por vía de saltaderos del agua, como de raudales y corrientes, y si en algunas partes os pareciere algo de lo susodicho, habéis de traer fe por ante el escribano que lleváis,de los dichos pasos, y qué fondo tiene, y si se podrá pasar a remo, con barcas o con canoas, o si se han de pasar a la syrga, y que disposición hay por las orillas del dicho río para traer la dicha syrga, y todo lo demás que a este propósito os pareciere.

Así mismo habéis de llegar la salida del dicho río a la mar , y soldar la barra o entrada , y ver la disposición de ella, y traer por escrito el ancho y el fondo de ella, y si la dicha entrada si es conocida a los que vienen por la mar, por la corriente que mete el dicho río en ella, o por algún cerro o sierra que esté cerca, o si se encubre de los navíos que por la mar vienen y todo lo demás que a este propósito os pareciere.

Plano de la antigua ciudad de Panamá de Cristóbal de Rodas de 1609. (Archivo General de Indias. Mapas y Planos. Panamá, 87).

Item, habéis de salir de dicho río a la mar, y descubrir qué costa hay, así a la banda del Poniente , como a la del levante, y lo que fuere cerca del dicho río, y si hay algún abrigo cerca para los navíos que vinieren de Castilla, así en la tierra firme como en alguna isla, si hay cercana, y traer de todo muy larga y particular relación.

Así mismo habéis de mirar qué fondo tiene el dicho río antes de entrar en la mar, para poder estar estos navíos, en él y qué disposición tiene para hacer pueblo, así a la banda del Nombre de Dios, como a la de Veragua, y para la disposición del dicho pueblo traed muy particular relación si está en disposición de hacerse en serro o en cavana, y qué tanto está del dicho río, y si hay ciénagas a las orillas o que disposición hay de tierra, y qué aguas podrá tener el dicho pueblo para su bastimento, y qué montañas para provisión de leña y maderas, y qué disposición para gana-dos y otras crías, y para labranzas y de todo lo demás que os pareciere que debe venir relación.

Así mismo vos habéis de informar qué caciques e indios hay en las comarcas del dicho río y qué distancia están de la entrada de la mar y de dónde hubiese de ser el pueblo, y si algunas piezas pudieredes haber, así a la ida como a la venida, habéislas de recoger, haciendo con ellos los requerimientos y diligencias que su Majestad manda, y haciéndolas todo buen tratamiento y trabajando por todas las vías que pudiéredes de dejar en paz los indios que bien en la dicha costa y comarca, porque este poblado no se alcen de sus asientos, porque así conviene al servicio de Dios y de su Majestad.

Otrosí que si así consiguiendo la dicha negociación de dicho río hallares en las vertientes de una parte y de la otra algunos indios y los tomares y prendieres, que por cada pieza de las que así tomares, trayéndolas a esta ciudad, os dará la ciudad o su dueño peso y medio, y lo demás sea para esta dicha ciudad conforme a lo que está capitulado con Juan de Velasco, y que si alguno de los que van con vos el dicho capitán Serna, quisiere alguna pieza, que se la podéis dar en el precio que os pareciere que vale;para en cuenta de su salario, sin perjuicio del derecho de tercero; y si después de hecha la negociación quisiéredes ir a ranchear, y que de todos los indios que de allí en adelante tomares, gocéis de ellos conforme a los capítulos que están concedidos al dicho Juan de Velasco, guardando vos el dicho capitán y gente con los dichos indios lo que Su Majestad manda, todo lo cual habéis de hacer y cumplir según y de la manera que dicho es, ca para ello os damos poder y facultad con todas incidencias y dependencias. Hecho en quinientos y veinte y siete años. Pedro de los Ríos. El licenciado Salmeron, Arias de Acevedo, Luis de la Rocha, Juan de Castañeda, Toribio Montañes: Alvaro Guijo. Yo, Francisco Peres, escribano de sus majestades y secretario del dicho Gobernador, lo hice escribir por mandado de su señoría y de los dichos señores que de suso firmaron sus nombres.

Miércoles, tres días del mes de Abril, año del nacimiento de nuestro Salvador Ihu Xpo de mil y quinientos veinte y siete años se echó la canoa al agua, que hizo el piloto Corzo en la provincia del Chagre para ir el viaje y descubrimiento del río de dicho Chagre, y fue por capitán el señor Fernando de la Serna con cierta gente, y enpecose de hacer el dicho viaje y descubrimiento.

Jueves, cuatro días del dicho mes de Abril, que fue la primera jornada de navegación, se halló en el dicho río cuatro raudales y alguna madera atravesada.

Viernes, cinco días del dicho mes, fue la segunda jornada de navegación y se hallaron y pasaron cinco raudales de la misma manera de los otros, y de más agua y de más madera.

Sábado, seis días del dicho mes, que fue la tercera jornada de navegación, se halló mejor navegar y disposición, aunque en algunas partes tiene grandes maderas y gruesas y va el río más hondo, sin raudales.

Lunes, ocho días del dicho mes, fue la cuarta jornada y hubo mejor navegación y río más hondo , y tiene alguna madera, pero es sin perjuicio de la navegación, etc.

Martes, nueve días del dicho mes de Abril, fue la quinta jornada de navegación, se halló el mismo fondo y más, y señal de marea, sin ninguna madera en el río, y muy ancho.

Miércoles, diez días del dicho mes y año susodicho, que fue la sexta jornada de navegación, llegamos a la mar a hora de vísperas, y se halló muy buena navegación, y más hondo que todos los otros días.

Este dicho día fuimos a ver parte de la boca del dicho río, y se halló en ella menos agua para la navegación,braza y media largas, y esto de baja mar, y con el más enjuto tiempo del año.

Y para más información, otro día, Jueves, once días del dicho mes, salimos a la mar en la canoa y anduvo el piloto soldando y se halló cuatro o cinco brazas a medio tiro de piedra de la punta, todo muy buen donde, y algún reparo de la brida, y la entrada del dicho río tiene de ancho un tiro de piedra.

Y junto con la punta del río hacia la parte del Nombre de Dios hace un anconcillo con una playuela, que puede estar un navío con ancla y proas en tierra.

Las señales que tiene el puerto es que tiene una punta de piedra blanca y barrial, y por encima de esta punta es montosa y corre algo de la punta a la entrada del río, NorteSur, y desde la hora del río adonde dejamos hincada una cruz corre una playa de arena de como... (1) un cuarto de legua, y al cabo desta playa están dos farallones, el uno más alto que el otro, del grandor de una nave, y el uno es montoso, y el otro raso, y hace una mesa encima, y en medio destos dos farallones hace un peñol a manera de torre, y todos ellos están a la orilla de la mar, y la tierra por encima dellos es toda montosa y llana.

Las aguas que este río tiene son dos ríos pequeños: el uno a la parte del dicho río, y el otro a la otra, a la salida de la playa, y el otro está en el ancón susodicho.

Hay de navegación en el río desde donde se dejó la canoa, hasta la mar, veinte y cinco leguas.

Fijóse la vuelta por el río arriba en la dicha canoa hasta adonde ahora queda, en ocho días, y queda dos leguas y media del bohío de las del capitán Pizarro y de Diego de Almagro; es porque todo esto que aquí va escrito pasa en verdad y por dicho del dicho piloto y del capitán que con él iba a ver todo esto susodicho, y yo el dicho Miguel de la Cuesta que presente fui a todo ello y doy fe como pasa así; y firmaron el dicho capitán, y el piloto Corzo a que sus nombres Fernando dela Serna. Pedro Corzo.Miguel de la Cuesta.

Y luego el dicho señor alcalde mayor, para más declaración del dicho descubrimiento en forma debida de derecho de los dichos capitanes Fernando de la Serna, y piloto Corzo, y Miguel de la Cuesta que fue por escribano del dicho descubrimiento, so cargo del cual les preguntó e hizo las preguntas siguientes.

Fueron preguntados por los raudales que dicen que toparon en el dicho camino, si a la vuelta que volvieron, si los hallaron dificultosos de pasar viniendo barca por el río arriba, a la syrga, y qué disposición hay para tirar la dichas syrga. Dijeron que los dichos raudales se pasaron en la mayor seca que hay en todo el año, como tiene dicho y que algunos dellos pasaron a la syrga y otros al remo, que en dos tres dellos a la vuelta, al subir, hicieron con azadones por donde pasaron, porque allí iba el dicho río muy tendido y es todo cascajo y arena y livianamente se puede hacer por donde se puedan pasar el remo barcas llanas y canoas y así mismo pueden pasar a la syrga, porque se pueden tirar con el sitio del mismo río y por las orillas, que son llanas (I) ... excepto ciertos cerros que hay a la vera del dicho río que van para poco trecho, todo lo demás es llano y sin montañas, de grandes maderas y cañaverales, y el dicho río es de gran pesquería y muy abundante, y la dicha tierra de mucha montaña, así como puercos de la tierra, y vacas y venados, y de aves , así como pavas y ansares, y así brenbrillares palmares, de manera que de todas las provisiones de la tierra que se suelen haber sin labranzas, las hay muy largamente, y les parece que se puede hacer muy bien cosa de sementera de cualquier calidad que sea, así como maizales y yucales, y melones y las otras semillas de la tierra, y que todo ello les parece que sería muy abundante para poblarse, y que vieron a vista de ojos que vueltos adonde está ahora la canoa, que ya de esta ciudad de Panamá allí seis leguas , y es media legua arriba adonde echaron la canoa al agua, después de salido creció el río y vieron el uno de los dichos raudales que estaban allí, que será el pero de los que pasaron, que con la creciente que vino se cubrió el dicho raudal de manera que pudiera pasara un bergantín al remo.

Manera de dormir de los indígenas (Girolamo Benzoni).

Fueron preguntados qué disposición hay a la boca del dicho río o en alguna parte de él para hacer población.Dijeron que por el dicho río arriba, hasta doce leguas, poco más o menos, pueden subir navíos, y que hacia la banda de Nombre de Dios se hace una tierra alta que va la tierra adentro, a los cuales pareció media legua, que llega cerca de la mar sobre el ancón que tiene dicho y que allí se podría hacer pueblo, y tiene el agua junto, que es el río que entra en el mismo ancón, y hay así mucha madera así para casas, como para navíos, como para otras cosas; y que de la otra parte hacia Veragua están unos llanos de montañas que junto con la boca de dicho río y con la mar, donde asimismo les parece que se podría hacer pueblo, y tiene un río de agua dulce que entra allí junto en la mar, y que en todo el río se pueden hallar lugares dispuestos para poblar, a lo que les pareció, y que fuera del dicho río, a la banda del dicho Nombre de Dios está Puerto Velo, cierto (I) ... a cinco leguas, que es muy buen puerto, y asimismo isla de Bastimentos que está seis leguas del dicho río, que también tiene buen reparo para los navíos que lo viesen menester que viniesen de Castilla.

Preguntado si en la comarca del dicho río si hay gente de indios de guerra que pusiesen necesidad a los que pudiesen navegar por él de venir a recaudo, dijeron que no vieron indios ninguno, que ellos los quisiesen topar, y que les parece por la experiencia que tienen de las cosas de la tierra, que andándose el dicho río los indios que no estuviesen de paz en la comarca de él se arredrarían de allí por miedo a los cristianos y que esta es la verdad y lo que les parece para el juramento que hicieron y firmáronlo de sus nombres. Fernando de la Serna. Pedro Corzo. Miguel de la Cuesta.

Y después de lo susodicho, en la dicha ciudad, once días del mes de Mayo de mil y quinientos y veinte y siete, estando en cabildo el dicho señor licenciado Salmeron, alcalde mayor, y Pascual de Andagoya, alcalde ordinario, y Francisco González, y Juan de Castañeda, y Toribio Montañes, y Juan de Velasco, regidores, estando platicando sobre lo del dicho camino, para averiguar algunas otras cosas que quisieron saber del dicho camino y río del Chagres, hicieron llamar al dicho capitán Fernando de la Serna, y piloto Pedro Corzo, y Miguel de la Cuesta, y venido y estando en el dicho cabildo se les hizo las preguntas siguientes.

Fueron preguntados que porque en la relación que hacen dicen que el primer día que hicieron camino por el dicho río hallaron cuatro raudales, y el segundo día hallaron cinco que declaren que tanto andarían el primer día, y qué tanto andarían el segundo día, y si se podrían salvar los dichos raudales por tierra yendo el camino a salir bajo de ellos; dijeron que la primera jornada andarían dos días del río, y habrá una de tierra por la orilla, por las vueltas que el dicho río hace, y la segunda jornada andarían cuatro leguas del río.

Muy nobles señores. El Capitán Fernando de la Serna, Alvaro de Guijo y Francisco González vecinos y regidores de esta ciudad de Panamá, que por acuerdo del cabildo de esta ciudad fuimos a ver y andar el camino, lo que podría haber desde aquí a la parte del río de los Lagartos, donde pueden llegar barcas, lo que por vista de ojos vimos, y la razón de ello damos es la siguiente.

Desde las estancias del río Grande de la creciente de esta ciudad, que es dos leguas de ella por tierra y por mar tres, y las dichas estancias pueden llegar barcas con la marea desde aquí, desde el dicho río de esta ciudad hasta el dicho río de los Lagartos a la parte donde las dichas barcas pueden llegar subiendo por el arriba hasta nueve leguas poco más o menos, y es la tierra mucha de ella llana y sin ningún río que de estorbo en ningún tiempo la mitad de él.

En este camino habrá poco más o menos de tierra abierta de cabanas y que se puede bien hollar a pie y caballo; sin abrir más el camino de como ahora esta a necesidad y para haberse de seguir, y será en el principal y por donde el trato de esta mar del Sur y la del Norte se hubiese de tener, se adobaría con poca costa y muy bien.

La otra mitad, poco más o menos, es de montes cerrados, llanos al parecer, y que por la parte que fuimos, con ser ya del invierno andados tres meses, no hallamos lodo para que diese estorbo,a no hallarse a presente, pero creemos que entrando más recias las aguas , y con hollarse, habría algunos lodos, por ser la dicha tierra llana, alguna o la más parte de ella.

Desde la boca del dicho río de los Lagartos en la mar del Norte, pueden subir con la marea navíos diez leguas, todo ello hondo y limpio, según que yo el dicho Fernando de la Serna lo di por relación cuando lo fui a descubrir en una canoa que llevé con (I) ... piloto Corzo marinero, por mandado del señor Gobernador y de vuestras mercedes.

Andadas las dichas diez leguas del dicho río de los Lagartos arriba, hasta donde los dichos navíos pueden llegar, desde allí hasta donde las dichas barcas pueden llegar que es donde ahora venimos, habrá siete u ocho leguas que se pueden subir con algún trabajo al remo y la vela en tiempo de brisa; por manera que desde la boca del dicho río de los Lagartos a la mar del Norte hasta la dicha parte del río donde ahora venimos, hay trecho de diez y siete o diez y ocho leguas, de manera que desde las barcas de la mar del Norte, hay nueve leguas, poco más o menos de muy buen camino que pueden andar carretas, Francisco González, Alvaro de Guijo.

En dos días del mes de setiembre de mil y quinientos y veinte y siete años, estando en el cabildo el muy magnífico señor Pedro de los Ríos, lugarteniente general de estos reinos de Castilla del Oro por sus Majestades, y Arias de Acevedo, alcalde, y Francisco González, y Alvaro de Guijo, y Juan de Cárdenas, y Juan de Velasco, y Toribio Montañes, regidores los dichos Alvaro de Guijo y Francisco González, presentaron y dieron esta relación y por su señoría y mercedes vista dijeron que la mandaban poner con los otros actos que se hicieron en el dicho descubrimiento del río del Chagres. Y yo Cristóbal Muñoz, escribano de Su Majestad y escribano público del nuero y concejo de esta ciudad de Panamá, a todo lo que dicho es presente fue y lo escribí e hice escribir, y por ende hice aquí este mi signo en testimonio de verdad.

Cristóbal Muñoz
Escribano Público y del Cncejo


 

 

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