SALIDA DE LA EXPEDICION
HACIA VERAGUA
Yo estaba en la ciudad y quise unirme a ellos,
pese a que trató de disuadirme de ello un viejo español
que había estado en Cartagena, Santa Marta y otros lugares
durante quince años, diciéndome que en modo alguno
me dejase convencer para acudir a tal empresa y que no diese
el menor crédito a las palabras del capitán, porque
poco les importa decir una cosa en lugar de otra con tal de resolver
sus problemas y que si realmente estaba decidido a ir, que al
menos esperase hasta otra ocasión, para ver entretanto
cómo se desarrollaban las cosas.
Pero, como yo era joven, gallardo,
con un gran vigor de ánimo y deseoso de hacerme rico,
no queriendo dar crédito a sus palabras, decidí
ir. Partimos, y a los cuatro días llegamos a la desembocadura
del río Suere, pero como la mar estaba gruesa y no se
podía entrar sin gran peligro, volvimos atrás y
pusimos rumbo a las islas de Cerobaró, que están
en el límite de Nueva Cartago y la región de Veragua.
Y si esta es mala la tierra, la otra es peor. |