MUERTE DE
BALBOA
Hizo el rey don Fernando gobernador de Castilla
de Oro a Pedrarias de Avila, el justador, natural de Segovia
por acuerdo del Consejo de Indias, pues pedían los españoles
del Darién justicia y capitán quetuviese poder
y cédula real y era también necesario para poblar
y convertir aquella tierra.Estaba entonces Balboa difamado y
aborrecido por la información y quejas del bachiller Enciso,
aunque lo abonaba cuanto podía Zamudio , procurador del
Darién; y todos en España estaban mal con aquella
tierra de Veragua y Urabá por haber muerto en ella cerca
de mil quinientos españoles que fueron con Diego de Nicuesa,
Alonso de Ojeda, Martin Fernández de Enciso, Rodrigo de
Colmenares y otros.Pero, sin embargo, con la venida y dichos
de Juan de Quicedo y del mismo Colmenares, fue Balboa muy alabado,
y la tierra deseada; y hubo muchos principales caballeros que
pidieron al Rey aquella gobernación y conquista; y si
no fuera por Juan Rodríguez de Fonseca, Obispo de Burgos,
presidente de Indias, la quitaran a Pedrarias y la dieran a otro.Y
certísimo la dieran a Vasco Núñez de Balboa,
si un poco antes llegara a la corte Arbolancha. Dio, pues, el
rey a Pedrarias muy cumplidos y plenos poderes; pagó las
naos en las que llevase los mil hombres que pedía Balboa
(...) Entre muchas otras cosas que le encargó, fue la
conversión y buen tratamiento de los indios; que no pasase
letrados, ni consintiese pleitos, que requiriese mucho y solemnemente
a los indios con la paz y amistad antes de hacerles guerra; que
siempre diese parte de lo que hubiese de hacer al obispo, clérigos
y frailes que llevaba.(...) Llegó a salvo con toda su
armada al Darién el 21 de junio. Salió Balboa una
legua a recibirlo con todos los españoles, cantando el
Te Deum laudamus. Le hospedó, le contó cuanto había
hecho y pasado de lo que mucho se maravilló y alegró,
por hallar buena parte de tierra pacificada, donde poblar a su
placer, y después guerrear con los indios, pues llevaba
ganas de toparse con ellos, ya que había estado en Orán
y otras tierras de Berbería; pero no lo hizo tan bien
como blasonaba. Se informó bien y comenzó a poblar
en Comogre, Tubanama y Pocorosa.
Estandarte
de Carlos V
( Esparza: América 500 años). |
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Envió a Juan de Ayora
con cuatrocientos españoles a Comogre; el cual por deseo
de oro, aperreó a muchos indios de don Carlos Panquiaco,
servidor del rey, amigo de los españoles, a quien se debían
las albricias del sur. Le despojó, también a él,
atormentó a varios caciques, e hizo otras crueldades y
demasías que causaron rebelión de indios y muerte
de muchos españoles; de miedo de lo cual huyó con
el despojo a una nao, no sin ayuda de Pedrarias, que disimuló.
Gonzalo de Badajoz fue al Nombre de Dios con ochenta;el cual
y Luis de Mercado, que fue allí al poco tiempo, se fueron
al otro mar, haciendo lo que dieremos cuando lleguemos a Panamá.
Francisco Becerra fue con ciento cincuenta compañeros
al río de Dabaiba y volvió con las manos en la
cabeza. El capitán Vallejo fue a Caribana con setenta
españoles; mas pronto se volvió, porque le mataron
cuarenta y ocho de ellos los caribes flecheros.Bartolomé
Hurtado que fue con buena compañía de españoles
a poblar a Acla, pidió indios a Careta , que cristiano
se llamó don Fernando, y que servía al Rey por
industria de Balboa, y se los vendió después por
esclavos.Gaspar de Morales llevó ciento cincuenta españoles
al mar del Sur, como en su propio lugar diremos y se dio buena
maña en la isla de Terarequi en rescatar perlas.Además
de estos envió Pedrarias a otros, que poblaron en Santa
Marta y en muchas partes. Sucedían las cosas del gobernador
no muy bien y se burlaba de ello Balboa (...) Pedrarias lo apocaba
disminuyendo sus hechos; en fin que riñeron. Los hizo
amigo el obispo Cabedo (Quevedo)y se desposó con la hija
de Pedrarias, por donde que pensaban todos que perseverarían
en paz, pues a entrambos así cumplía; mas luego
descompadraron de veras. Estaba Balboa en el mar de su adelantamiento(...)
Le llamó Pedrarias al Darién. Vino, lo metió
preso,lo hizo proceso, lo condenó y le degolló
con otros cinco españoles (...) Así acabó
Vasco Núñez de Balboa descubridor del mar del Sur,
de donde tantas perlas, oro , plata y otras riquezas se han traído
a España; hombre que hizo muy grandes servicios a su rey
(...) Los soldados viejos aborrecían a Pedrarias, y en
Castilla, fue reprendido, y poco a poco removido del gobierno,
aunque él lo suplicaba sintiendo el disfavor.Pobló
Pedrarias el Nombre de Dios y Panamá. Abrió el
camino que va de un lugar a otro, con gran fatiga y maña
por ser muy espesos de montes y peñas. Había infinitos
leones, tigres, osos y onzas, según cuentan y tal multitud
de monas de diversa forma y tamaño , que alegres cocaban
y enojadas gritaban de tal manera que ensordecían a los
trabajadores.Subían piedras a los árboles y las
tiraban al que llegaba, y una rompió los dientes a un
ballestero, mas cayó muerta, pues acertaron a soltar a
un tiempo, ella la piedra y él la saeta. Santa María
de la Antigua del Darién (...) Se despobló por
ser muy enfermiza, húmeda y caliente, a tal punto que
al regar la casa se hacían sapillos; escasa de mantenimientos,
y expuesta a los tigres y a otros animales dañinos y bravos.
Se ponían los españoles de color de ictericia
o mal amarillo, aunque también toman este color en toda
la Tierra Firme y Perú. Puede ser que del deseo que tienen
al oro en el corazón se les ponga la cara y el cuerpo
de este color.No es buena tierra para sembrar, pues hay aguaceros
y vienen muchos diluvios y avenidas que anegan el sembrado. Caen
muchos rayos que queman las casas y matan a los moradores. Envió
don Carlos sucesor a Pedrarias y fue Lope de Sosa, de Córdoba,
que a la sazón era gobernador de Canarias; el cual murió
al llegar al Darién, el año 20. Fue tras él
Pedro de los Ríos, también de Córdoba; Pedrarias
se fue a Nicaragua. Proveyeron de Gobernador a Francisco de
Barrionuevo, un caballero de Soria, que fue soldado en el Borinquen
y capitán de la Española contra el cacique don
Enrique. Luego fue el licenciado Pero Vázquez, y después
el doctor Robles, que administró justicia rectamente pues
hasta que llegó él hubo poca. |