DECADAS

DEL NUEVO MUNDO


DECADA TERCERA: LIBRO I
Capítulo I
La empresa de Vasco Núñez de Balboa-Se gana a los caciques Careta y Poncha-El desfile de las montañas

(...) Vasco Núñez(...) resolvió acometer con pocos la empresa que le había oído al hijo del cacique Comogro sería difícil aún para mil soldados.

Plato de pedestal Precolombino del Istmo de Panamá
(Reina T. de Araúz: Natá Prehispánico).

Haciéndose, pues con algunos veteranos del Darién y con más de los que habían llegado únicamente de la Española atraídos por la fama de mayor abundancia de oro, formó una fuerza de ciento noventa hombres armados.A primeros de Septiembre del año pasado, mil quinientos trece, con ánimo de ir por mar cuando se pudiera, salió del Darién con un bergantín y diez monoxilos, o sea bobotes unilígneos del país.

Primeramente ocupó la tierra de Careta, cacique del litoral, amigo del de Coiba. Dejando allí las naves, pidió humildemente a Dios que favoreciera la empresa comenzada, y de segunda emprendió el camino por tierra hacia aquellas montañas. Entró primeramente en el territorio del cacique Poncha, y éste huyó como lo había hecho otra vez que fué aquél. Por medio de mensajeros prometió a los jefes de Coiba, de Careta y a Poncha defenderlo de toda injuria de los enemigos, y amistad y muchos beneficios, empeñando la palabra. Ablandado, pues, Poncha, con las promesas y halagos, así de los nuestros como de los caretanos, se presentó a los nuestros, y de grado y alegre, aceptó la alianza. Vasco le persuadió que nada temiera ya; se dieron la mano, se abrazaron uno a otros, y se hicieron mutuos regalos: Poncha, oro, aunque poco, como unos ciento diez pesos, que cada peso hace un castellano, pues el año anterior había sido despojado (...)

Vasco, para compensar dones con dones, dio a Poncha de nuestras cosas, como sartas de cuentas de cristal para ponérselas al cuello y en los brazos, espejos y cascabeles de latón, y otras mercancías semejantes de comercio. Tiénenlas en gran estima los indígenas, porque en todo lugar se tiene por cosa preciosa lo que es peregrino.También regaló a Poncha unas pocas segures de hierro para cortar árboles, pues no hay cosa que más estimen careciendo como carecen de hierro y demás metales , excepto el oro, siendo tan difícil de cortar sin instrumentos de hierro ninguna clase de madera, principalmente para construir las casas y vaciar las canoas; pero como ellos ejecutan toda la labor de carpintería con ciertas piedras de filo.

Ganado, pues, Poncha para tener asegurada la retaguardia, guió Vasco su tropa a las montañas, con guías y taladores que le dio Poncha, para que fueran delante arreglando las estrecheces del camino, pues había que penetrar por saltos sin senda, por escondrijos de fieras y por revueltas de las montañas, porque ellos tienen escasa y rara comunicación, como que gente desnuda y que no usa el dinero tiene pocas necesidades, y si tienen algún comercio lo hacen de cerca permutando el oro por adornos y muebles útiles. Por eso no hay entre ellos caminos trillados, por no ser nada frecuentes los viajes.No obstante, los exploradores de ellos saben sendas conocidas, aunque ocultas, y guiándose por ellas se acosan unos a otros con emboscadas y robos nocturnos, matándose sucesivamente y reduciéndose a esclavitud.

Merced, pues, a los indígenas de Poncha y a nuestros carpinteros, cruzó montañas horribles, y por muchos y muy grandes ríos que encontró, echando puentes y entrelazando un conjunto de largas vigas, llevó sin novedad su tropa.Paso aquí por alto muchas cosas que ya por la penuria, ya por el inmenso trabajo padecieron, por no ser molesto refiriendo menudencias, pero lo que se hizo en el viaje con los caciques que no me parece que deba omitirse.


 

 

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