La Separación
Carlos
Constantino Arosemena
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Dra. Patricia Pizzurno
Dr. Celestino Andrés Araúz
A finales de octubre de 1903, Amador Guerrero regresó
a Panamá. En realidad era bien poco lo que podía
ofrecerle a la Junta Revolucionaria. No se había entrevistado
con ningún alto funcionario del gobierno de Washington
y sólo traía la vaga promesa de un ingeniero francés.
No fue extraño que en estas circunstancias, la Junta Revolucionaria
se sintiera decepcionada y confundida. Además, no se aceptaron
ni el modelo de bandera ni la proclama que Bunau Varilla le había
entregado a Amador en Nueva York.
Sea como fuere, lo cierto es
que los acontecimientos se precipitaron en los días subsiguientes.
Por entonces, el Gobernador José Domingo De Obaldía
había alertado al gobierno de Bogotá sobre una
posible invasión al Istmo, procedente de Nicaragua. De
inmediato, en Bogotá se cursaron las órdenes necesarias
para que un destacamento a cargo de los Coroneles Juan B. Tovar
y Ramón Amaya se trasladara al Istmo. Pero De Obaldía,
miembro conspicuo de la oligarquía local, al tanto de
los planes separatistas, lo puso sobreaviso a Amador Guerero
sobre la inmimente llegada de las tropas colombianas a Colón.
Entonces, la Junta Revolucionaria
consideró que había llegado el momento de actuar.
De inmediato, se le cablegrafió a Bunau Varilla , quien
en su respuesta prometió que el barco de guerra estadounidense
Nashville llegaría a Colón en los próximos
días. Esa era la señal que los revolucionarios
necesitaban para saber que los Estados Unidos estaban de su lado.
Los separatistas contaban con el concurso del batallón
Colombia, de guarnición en Panamá, y a cargo del
Coronel Esteban Huertas, así como con los miembros del
Cuerpo de Bomberos. En realidad, Huertas y sus tropas habían
sido ganados para la causa separatista gracias al pago de crecidos
sobornos. Es indiscutible que, el abandono de estas tropas por
parte de Bogotá, las tornó susceptibles de ser
sobornadas. Debemos recordar también que para entonces
hacía varios meses que no cobraban sus haberes, lo que
las había llevado a endeudarse con los comerciantes locales,
es decir con los mismosrevolucionarios.
Finalmente, el 3 de noviembre
llegaron a Colón por una parte el Nashville de la Marina
de los Estados Unidos, y por la otra el Cartagena, a bordo del
cual venían los generales Tobar y Amaya, a cargo del batallón
"Tiradores". La situación se tornó sumamente
grave, pues si el batallón "Tiradores" alcanzaba
la ciudad de Panamá, el movimiento separatista se frustraría,
de manera que el Superintendente de la Compañía
del Ferrocarril J.R. Shaler,al tanto de lo que acontecía
, ideó un plan muy hábil. En este sentido, le hizo
saber a los generales colombianos que no disponía de suficientes
vagones para transportar a todos los efectivos, pero les propuso
trasladarlos a ellos de inmediato a la capital, con la promesa
que más tarde, ese mismo día, trasladaría
el grueso de la tropa. Así, logró retener en Colón
al batallón "Tiradores", aislándolo de
sus jefes. Otros, sin embargo, sostienen que fue María
Ossa de Amador la esposa de Amador Guerrero la autora de esta
hábil estratagema.
Al parecer, estos oficiales no
sospecharon nada pues aceptaron la proposición de Shaler
y abordaron el tren rumbo a la capital. Una vez en Panamá
fueron tomados prisioneros por Huertas y sus hombres. Sin pérdida
de tiempo, esa misma noche, el Concejo Municipal de la ciudad
de Panamá se reunió y proclamó su adhesión
a la causa separatista, al tiempo que convocó un Cabildo
Abierto para el día siguiente. El día 4, se declaró
solemnemente la separación de Panamá de Colombia
y se encomendó la gestión de gobierno a una Junta
de Gobierno Provisional, integrada por José Agustín
Arango, Federico Boyd y Tomás Arias.
Entretanto, en Colón el
movimiento atravesaba serias dificultades, pues el Coronel Eliseo
Torres, a cargo del batallón "Tiradores", amenazó
con incendiar la ciudad y asesinar a todos los estadounidenses
sino se ponía en libertad a los generales Tobar y Amaya.
Sin embargo, al día siguiente, Torres aceptó un
soborno y embarcó rumbo a Cartagena. De esta manera, se
selló la separación de Panamá de Colombia,
después de poco más de ocho décadas de abandono.
El 6 de noviembre, Estados Unidos
reconoció de facto a la nueva República, cuando
su cónsul en Panamá fue autorizado para establecer
relaciones con el nuevo gobierno ,y el 13 lo hizo de jure. Tres
días más tarde, Francia se sumó a este reconocimiento.
Nacía, así, a la vida independiente la República
de Panamá Rápidamente los próceres comprobarían
que no todo era tan fácil. |