El regreso del arnulfismo

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Dra. Patricia Pizzurno
Dr. Celestino Andr�s Ara�z

Las elecciones de 1999 pusieron de manifiesto la insatisfacci�n popular, as� como el esfuerzo realizado por la oposici�n, sobre todo por los partidos mayoritarios, como el Partido Arnulfista y el Molirena, por alcanzar un acuerdo duradero que les permitiera presentar un candidato �nico. De esta manera, Mireya Moscoso encabez� la n�mina de una coalici�n de Partidos denominada Uni�n por Panam� entre los que estaban, adem�s del Molirena y del Arnulfista, Morena y Cambio Democr�tico.

Por su parte, el PRD postul� a Mart�n Torrijos, hijo del General Omar Torrijos, para lo cual este colectivo mantuvo algunas de las alianzas pol�ticas de 1994, sobre todo con Solidaridad y el Liberal Aut�ntico, a los que se uni� en �ltimo momento el agonizante Papa Egor� de Rub�n Blades.

Una tercera fuerza fue la que impuls� la Democracia Cristiana en la figura del banquero disidente del arnulfismo Alberto Vallarino. Esta candidatura provoc� la escisi�n del ya menguado partido, cuando un grupo de copartidarios decidi� no apoyar a Vallarino y pasarse a las filas del arnulfismo.

En l�neas generales, fue una campa�a deslucida por la falta de debates pol�ticos que permitieran medir fuerzas y capacidades entre los contendientes. Las concentraciones realizadas por los tres candidatos, tampoco sirvieron para aquilatar fuerzas, pues en todas la afluencia de p�blico fue masiva. Por su parte, las encuestas de opini�n no reflejaron sino hasta la �ltima semana que Moscoso se alzar�a con el triunfo, como en efecto ocurri�.

Gracias a un programa populista y a su f�rrea decisi�n de ganar al electorado del interior del pa�s y a los desposeidos, para quienes siempre represent� la �nica opci�n real de cambio, la candidata arnulfista se alz� con la mayor�a de los votos.

Pese al temor de la oposici�n, el gobierno de P�rez Balladares, al igual que su antecesor, respet� a rajatabla el resultado electoral, imponiendo una nueva modalidad en los torneos paname�os que ya hab�a iniciado la administraci�n de Endara. Moscoso le gan� a Torrijos por m�s de cien mil votos e inaugur� su gobierno el 1 de septiembre. Era la primera vez que una mujer alcanzaba la primera magistratura del pa�s.

Las primeras acciones del gobierno han puesto de manifiesto el compromiso populista y la decisi�n de la mandataria de rever las pol�ticas de su antecesor. Asimismo, una nueva modalidad impuesta por Moscoso es la del contacto directo con el pueblo. En los primeros d�as de su gesti�n la mandataria apareci� reiteradamente barriendo las calles, aseando la ciudad o pintando escuelas en el interior del pa�s, mezclada con el pueblo al que le prometi� gobernar para su bienestar.

El reto que tiene por delante es enorme en un pa�s cuyos �ndices de pobreza alcanzan casi el 50 % de la poblaci�n y que ostenta el segundo lugar del continente en peor distribuci�n de la riqueza. Con grandes sectores de la poblaci�n sumidos en la miseria, la ignorancia y el abandono Moscoso se enfrenta a una cicl�pea tarea. Por otra parte, la entrega del Canal a Panam� por los Estados Unidos, no significa tan s�lo una fecha para festejar la recuperaci�n de la soberan�a sobre todo el territorio nacional, sino y sobre todo la posibilidad de que Panam� demuestre su capacidad para administrar la v�a interoce�nica sin la tutela de los Estados Unidos. Sin olvidar, claro est�, el uso de las �reas revertidas de la ex Zona del Canal que constituyen uno de los activos m�s importantes de la Rep�blica. Es indudable, que el gobierno tendr� que demostrar un alto grado de eficiencia y honestidad frente a estos desaf�os que comprometen el futuro de la patria y su reputaci�n a nivel internacional.

 

 


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