Estados Unidos invade Panam� Cr�nica de una invasi�n anunciada

Imagen foto
.............................................
Dra. Patricia Pizzurno
Dr. Celestino Andr�s Ara�z

Despu�s de la muerte del Teniente Roberto Paz del Ej�rcito de los Estados Unidos y de las agresiones perpretradas por miembros de las Fuerzas de Defensa al Teniente de la Marina Adam Curtis y a su esposa Bonnie, el General Thurman puso sus 13.000 hombres en �Alerta Delta�. Entretanto, el gobierno de Bush decidi� ejecutar el plan �Cuchara Azul�, que comprend�a �ocuparse de Noriega� y eliminar a las Fuerzas de Defensa. Este plan hab�a sido concebido para garantizar una victoria espectacular contra las fuerzas de Noriega habida cuenta que estaba previsto que 24.000 soldados norteamericanos invadieran Panam�. Para entonces las Fuerzas de Defensa pose�an 16.000 efectivos, de los cuales apenas 3.000 estaban entrenados para el combate. El plan contemplaba adem�s, la utilizaci�n de los nuevos caza-bombarderos F 117 A Stalth de la Fuerza A�rea, cuya misi�n consist�a en descargar bombas de 1900 Kg. en torno a los cuarteles para sembrar el p�nico y desorientar a los militares paname�os.

Poco despu�s de la medianoche del 20 de diciembre de 1989 se inici� una cruenta invasi�n a Panam� que recibi� la denominaci�n de �Operaci�n Causa Justa�en la que terminaron participando 26.000 soldados, que emplearon armas, t�cnicas y equipos de guerra sumamente sofisticados. El ataque como estaba previsto se concentr� en los principales cuarteles de las ciudades de Panam� y Col�n,as� como en los aeropuertos. Pr�cticamente el barrio de El Chorrillo fue destruido en gran parte y tambi�n hubo choques armados en San Miguelito. Fueron sobre todo los Batallones de la Dignidad los que, en forma desordenada, respondieron al ataque norteamericano.

Seg�n fuentes oficiales del Comando Sur en los enfrentamientos murieron 23 soldados estadounidenses, aunque a�n no se sabe con certeza cu�ntos paname�os, entre civiles y militares, perdieron la vida. Los c�lculos m�s conservadores hablan de varios cientos. A ello hay que sumar los heridos y detenidos en campos de concentraci�n. Pese a este despliegue de fuerzas Noriega, el principal objetivo de los Estados Unidos , logr� escabullirse y busc� asilo en la Nunciatura Apost�lica.

En los d�as subsiguientes a la intervenci�n y ante la ausencia de fuerzas de polic�a, se produjeron en las ciudades de Panam�, Col�n y La Chorrera saqueos y destrucci�n de bienes p�blicos y privados, que arrojaron p�rdidas por m�s de 200 millones de d�lares. Mientras tanto, las tropas norteamericanas fueron espectadores impasibles y no adoptaron ninguna medida para impedir estos actos vand�licos.

Seg�n George Bush la ofensiva militar contra las Fuerzas de Defensa de Panam� se hizo�para proteger las vidas de los norteamericanos, defender la democracia en Panam�, apresar a Noriega y llevarlo para ser juzgado por cargos relacionados con el tr�fico de drogas por los cuales fue sindicado en 1988 y, por �ltimo, para asegurar la integridad de los Tratados del Canal de Panam�. Sin duda, para comprender el alcance de la invasi�n estadounidense es necesario no perder del vista el documento de Santa Fe de comienzos de 1989, en el que se se�al� que: �la expulsi�n de Noriega y la realizaci�n de elecciones no ser�n suficientes para instaurar un r�gimen democr�tico en Panam�. Estados Unidos tendr� que concentrarse totalmente en los asuntos atinentes a su r�gimen democr�tico; la reforma de las FDP, el apoyo a un Poder Judicial independiente y la restauraci�n de la econom�a, ser�n los m�s esenciales�. La historia volv�a a repetirse ocho d�cadas m�s tarde. Como sabemos, tambi�n en 1904, Estados Unidos hab�a considerado que el ej�rcito paname�o constitu�a un factor de perturbaci�n socio-pol�tica que era necesario eliminar.

Seg�n la revista Time el plan de ataque consist�a en neutralizar e intimidar a las Fuerzas de Defensa mediante la utilizaci�n de una fuerza abrumadoramente superior, como ya indicamos. Se atacar�an, en primer lugar, los principales cuarteles comenzando por el complejo de Fuerte Amador en una operaci�n emprendida por la Fuerza de Ataque Bayoneta. Pero el principal objetivo era el Cuartel Central de El Chorrillo, donde se supon�a que se encontraba Noriega, as� como los aeropuertos, Fuerte Cimarr�n y Panam� Viejo; R�o Hato y el Cuartel de Tinajitas en San Miguelito. Mientras en la capital, como ya dijimos, los Batallones de la Dignidad asumieron la defensa de algunos sectores, en el interior del pa�s la resistencia fue inexistente.

Con el fin de no dejar en acefal�a al pa�s, en la medianoche del 20 de diciembre , en la base militar de Fort Clayton tomaron posesi�n como Presidente y Vicepresidentes, respectivamente, Guillermo Endara y Ricardo Arias Calder�n y Guillermo Ford. Al d�a siguiente, fueron investidos por la Asamblea Legislativa seg�n mandato constitucional. Como se expres� en el documento �Estatuto de Retorno inmediato a la plenitud del orden Constitucional� expedido por el nuevo gobierno, la toma de posesi�n en una base militar norteamericana �se inspir� �nica y exclusivamente, con el prop�sito que, ante el vac�o de poder que habr�a de surgir como secuela de la mencionada acci�n militar, el pueblo paname�o no careciera en esta hora crucial, de representantes leg�timos que ejercieran inmediatamente su vocer�a y defendieran sus intereses con valent�a y patriotismo�. Pero no fue sino hasta el 27 de diciembre, cuando el Tribunal Electoral revoc� la anulaci�n de las elecciones celebradas el 7 de mayo . Reci�n entonces proclam� el triunfo oficial de la ADO Civilista.

Manuel Antonio Noriega, por quien el gobierno de Bush ofreci� una recompensa de un mill�n de d�lares, se refugi�, como ya se�alamos, el 24 de diciembre, en la Nunciatura Apost�lica. Despu�s de intensas negociaciones entre las fuerzas norteamericanas y el Nuncio Apost�lico Monse�or Laboa, el 3 de enero de 1990, Noriega se entreg� a las autoridades estadounidenses. De inmediato, fue trasladado a una prisi�n de alta seguridad en Miami a la espera de su juicio y sentencia. Finalmente, fue juzgado y condenado a 40 a�os de prisi�n, pena que actualmente cumple en los Estados Unidos.

Ciertamente, la Rep�blica de Panam� pag� un precio muy alto por los excesos del r�gimen militar enquistado en el poder por m�s de dos d�cadas y cuya etapa culminante fue la narcodictadura de Noriega. Los servicios secretos de los Estados Unidos, para los cuales hab�a trabajado Noriega, fueron, sin duda los mayores responsables por la situaci�n creada en Panam�. Pero tampoco debemos olvidar que el propio Carter legitim� el r�gimen dictatorial e inconstitucional de Torrijos suscribiendo los Tratados Torrijos-Carter. Es m�s, Washington patrocin� el fraude electoral de 1984 y hasta ciero punto la corrupci�n y el desbarajuste moral. Pero eso no fue todo. Una vez que las tropas invadieron Panam� y las FFDD se disgregaron, los estadounidenses no asumieron las funciones de polic�a implantando el orden ni evitando el caos que se produjo. La ayuda prometida para la reconstrucci�n fue recortada por el Congreso de los Estados Unidos para auxiliar a Nicaragua. Nuestro pa�s ni siquiera logr� recuperar �ntegros los 375 millones que permanec�an retenidos en concepto de los pagos por el Canal y por impuestos de compa��as norteamericanas. Estados Unidos dispuso que una parte de los mismos sirviera para saldar parte del servicio de la deuda externa que no se hab�a pagado en los �ltimos a�os.

 

 


Copyright 1995-2000, Derechos Reservados, Editora Panamá América, S.A.