Eileen Coparropa "La Sirenita Dorada"

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Carlos Alberto Martínez
EPASA

Nadie que lo observó podrá olvidar nunca el emocionante llanto que reflejó la sirenita dorada panameña este año en la final de los 50 metros libres de los XIII Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá, cuando logró la medalla de plata al registrar su mejor marca personal: 0.25.78 segundos.

Esas lágrimas se acomodan perfectamente a la coleccionista de pines Eileen Mary Coparropa Alemán, de tan solo 18 años, que de niña lloraba en la piscina del Club de Montañas, cuando su primer entrenador José Zamora le indicaba que nadara hacia el lado profundo.

Contaba en ese entonces con apenas 5 años y su fuerte no era precisamente la natación, sino el ballet, disciplina a que se dedicaba con entusiasmo hasta que una tarde el busito que la recogía en su hogar la dejó. Desde ese momento Eileen perdió el interés y se entregó de lleno a la natación.

Francisco Londoño, entrenador que le enseñó a competir, no se equivocaría cuando la observó por primera vez y comentó que haría mucha bulla en Panamá.

A la fecha, Coparropa ha obtenido 485 medallas y ha impuesto 101 récords, incluyendo marcas que ella misma consideraba insuperables.

Heredó su destreza en el agua de su madre –su padre no sabe siquiera nadar-. Guadalupe Alemán de Coparropa ganó medallas de bronce en los campeonatos intercolegiales de la década de los ’60, en representación del Instituto Justo Arosemena.

Después de cosechar varias preseas doradas en los torneos nacionales, Eileen tuvo su primer gran reto regional en los Juegos Bolivarianos de 1993 a sus 12 años, edad mínima requerida para participar.

Es interesante recordar que cuando hizo la marca mínima requerida en un evento celebrado en febrero de ese año en Costa Rica, para intervenir en los Bolivarianos, tenía 11 años. Registró 0.28:53 segundos en los 50 metros libres, su especialidad.

Los Bolivarianos fueron en abril y para esa época ya Eileen contaba con 12 años –cumple el 31 de marzo-.

Desde 1994 a 1999 implantó 10 récords regionales en las distancias de 50 y 100 metros libres y se convirtió así en la Reina de la Velocidad en las áreas de Centroamérica y el Caribe, Suramérica y Bolivariana. Y la segunda mujer más rápida en el Continente Americano.

Es la pionera en ser Abanderada en cuatro de estos juegos regionales y ganar dos doradas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe (en San Pedro Sula, Honduras-1997).

Además, es la primera nadadora istmeña en obtener medallas en los Juegos Panamericanos después de 60 años y la primera en estar ranqueada entre las 15 mujeres más rápidas del mundo por la Federación Internacional de Natación.

Emerge como la primera mujer panameña en hablar en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a la edad de 14 años y la Embajadora más joven en Misión Oficial de la República de Panamá designada por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Las proyecciones de esta joven atleta, primera nadadora en ser Abanderada a los Juegos Olímpicos, son extraordinarias. Al ritmo de entrenamientos que lleva y bajo la tutela del entrenador Duffy Dillon en el Fort Lauder College, en Estados Unidos, podría alcanzar una presea en Sidney e inclusive imponer un nuevo récord. Se facilitaría aún más ese sueño si recibiera el apoyo económico del gobierno de turno y la empresa privada, y no sólo de sus familiaridades y Solidaridad Olímpica, que ofrece un respaldo financiero de B/. 1,000 mensual.

 

 


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