l fútbol panameño de los años ochenta estuvo cargado de serios conflictos desde la aprobación de una ley deportiva, el Decreto 112 que limitó la superación del juego y hacía entrar en escena a los más funestos y despreciables personajes que tanto daño han hecho y aún lo hacen al balompié, los dirigentes provinciales.En 1980, unas elecciones en la directiva de la FENAFUP sería denunciado por un supuesto fraude en contra de Carlos Alberto Vásquez para favorecer a Agustín Díaz Cogley, y como respuesta, la FIFA decidió suspender y aislar mundialmente a Panamá de manera indefinida. Dicho aislamiento duró cuatro años cuando unas elecciones con intervención de FIFA, CONCACAF y el COP, dieron finalmente el triunfo a Everardo Bértoli.
Pese al aislamiento, se dejó que Panamá siguiera en la eliminatoria a España’82 que quedaría en último lugar de la zona, y se tuvo que improvisar para una eliminatoria con fase directa de ida y vuelta para México’86, perdiendo sus dos partidos con Honduras.
En tanto, en un nivel relativamente recreativo, una selección de descendientes de españoles llevarían la representación panameña en las tres únicas ediciones de los llamados Mundialitos de Fútbol de la Emigración, celebrados en la región de Galicia, en España, en 1982, 1984 y 1986.
Entre esos períodos, los campeonatos nacionales se daban a nivel de selecciones provinciales, pero hubo cuatro nuevos intentos de fútbol no aficionado.
A Bértoli, le sucedería una nómina llamada “Rescate del Fútbol” en que surgirá la figura polémica del ex seleccionado nacional, Fernando Samaniego, quien trató de darle una revolución al fútbol panameño y contactarlo aún más al fútbol internacional, pero diversos factores negativos que lo hicieron víctima y parte ocasionaron una nueva crisis que se sentiría incluso en la década de 1990 con la clara intromisión de los provinciales.s
En 1987, un grupo de entusiastas como Giancarlo Gronchi, Jan Domburg, Edgar Plazas, Jorge Zelasny, Angel Valero (quien sería presidente de la federación en 1988) y Juan Carlos Delgado, fundaron lo que sería de allí en adelante, la Asociación Nacional Pro-Fútbol (ANAPROF), sentando las bases del fútbol no aficionado y superando las barreras a su reconocimiento.
Tras un torneo de exhibición en 1987, el 26 de febrero de 1988, se inició el primer campeonato que con seis equipos, sería ganado por Plaza Amador, y desde ese tiempo, la organización ha estado pasando por una serie de altibajos y ciertos avances respecto a la comercialización y supervivencia de los clubes. La mejor temporada, sería la de 1995-96, cuando más de 25 mil aficionados llenaron el Estadio Rommel Fernández para la final entre San Francisco FC y Plaza Amador.
Panamá intervendría en una nueva aventura mundialista frente a Costa Rica en 1988, al que perdería en el partido de vuelta en nuestro país, y cuatro años antes estaba comenzando una generación de futbolistas de una eliminatoria al mundial juvenil de la URSS’85.
Para ese período, un colonense, Armando Dely Valdés, gustó en los Juegos Nacionales Juveniles de 1982, y su talento futbolístico y algo de su capacidad aventurera lo llevó hasta el Argentinos Jrs. en 1985 para que abriera las puertas nuevamente a los futbolistas canaleros al mundo.