Estalla la crisis: Díaz Herrera se confiesa.

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Dr. Celestino Andrés Araúz
Dra. Patricia Pizzurno

La tensa situación que se vivía desde hacía meses, unida a la inestabilidad política hizo crisis en mayo de 1987 cuando Noriega violando el Plan Torrijos, desplazó de la jefatura del cuerpo armado al Coronel Díaz Herrera y lo pasó a retiro. Díaz Herrera resentido decidió dar a publicidad todo lo que sabía sobre Noriega y las prácticas poco ortoxas de las FFDD. Denunció el fraude electoral de 1984 que según dijo se había organizado en su casa con la participación de Ardito Barletta; dio a conocer el plan de Noriega para asesinar a Torrijos; los doce millones que Torrijos le cobró al Sha de Irán por el asilo político y que fueron repartidos entre los miembros del Estado Mayor; el tráfico de inmigrantes cubanos y la venta de las visas; la participación de las FFDD en la muerte de Spadafora. Con un lenguaje poco coherente,por momentos, en el que se mezclaban experiencias espirituales de reciente adquisición para el ex militar, Díaz Herrera confirmó lo que era un secreto a voces en Panamá y en los Estados Unidos .

Poco después se creó la Cruzada Civilista que apeló a la desobediencia civil, instigando a la población al no pago de los impuestos, de la luz, del agua, del teléfono y a abstenerse de comprar lotería. El gobierno reaccionó suspendiendo las garantías individuales y declarando el estado de emergencia nacional. Poco después, en una abierta intromisión, el Senado emitió una Resolución en la que declaraba que Panamá debía restaurar las garantías constitucionales y buscar el repliegue de las FFDD a los cuarteles. La Resolución planteaba que el país debía regresar a un régimen democrático y le solicitaba a los altos oficiales de las FFDD que se separaran de sus cargos para ser sometidos a investigación.

Las FFDD respondieron que los Estados Unidos buscaba crear un gran campo de batalla en Centroamérica y sobre todo desconocer los Tratados Torrijos-Carter. Consideraban que esta actitud del Senado era netamente intervencionista y la rechazó de plano. Pero esta postura nacionalista no tenía fundamento , pues para entonces ya se había confirmado que Noriega era un agente de la CIA. Sea como fuere, el Congreso envió una Comisión investigadora a Panamá, lo que originó actos de violencia contra las oficinas de la USIS y la Embajada de los Estados Unidos.

Entretanto, la oposición no se mantuvo inactiva en Panamá. El 10 de julio de 1987 la Cruzada Civilista convocó al pueblo panameño a reunirse en la Iglesia del Carmen, donde fueron emboscados por las fuerzas antomotines llamadas Doberman. La represión fue brutal, al punto que ese 10 de julio pasó a la historia como “el viernes negro”.

 

 


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