El segundo gobierno de Arnulfo Arias

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Dr. Celestino Andr�s Ara�z
Dra. Patricia Pizzurno

El 25 de noviembre de 1949, despu�s de un r�pido recuento de los votos de las elecciones del a�o anterior, la Junta Nacional de Elecciones declar� que Arias hab�a ganado dichas elecciones por 2.544 sufragios. Acto seguido, se le proclam� Presidente y esa misma tarde tom� posesi�n del cargo. De manera, que de la forma m�s descabellada, Rem�n logr� que Chanis abandonara la Presidencia. En realidad, Rem�n y Arias no hab�an mantenido buenas relaciones, m�xime cuando el ex Presidente desconfiaba del cuerpo armado y adem�s se trataba de dos caracteres fuertes, profundamente individualistas y personalistas. Dif�cilmente podr�an gobernar conjuntamente. Pero en aquel momento, Rem�n estaba acorralado y ten�a pocas opciones: o llamaba a Arias a ocupar la presidencia, o de lo contrario Chanis y un grupo de diputados lo llevar�an al banquillo de los acusados.

Rem�n le ofreci� al nuevo Presidente la renuncia de los tres Comandantes de la Polic�a , pero Arias no las acept�. Era evidente que en aquel momento uno depend�a del otro para sostenerse en el poder , de manera que lo m�s prudente resultaba mantener el statu quo y tratar de limar asperezas. Desconocemos las razones de la decisi�n de Arias, pero sin duda debe haber sopesado seriamente las escasas posibilidades que ten�a de permanecer en el cargo sin el respaldo de Rem�n.

Pero su mayor escollo provendr�a del exterior. En efecto, Estados Unidos se mostr� reacio a reconocer al nuevo Presidente, pues el Departamento de Estado consider� que se hab�a violado el orden constitucional. Despu�s de varios meses de negociaciones, finalmente el 26 de marzo de 1950, Washington reconoci� al nuevo Presidente paname�o. Al parecer estas negociaciones comprometieron a Panam� en la firma de la Convenci�n sobre Reclamaciones, por la cual Panam� tuvo que pagarle a los Estados Unidos m�s de $300.000 por demandas no satisfechas desde inicios de la Rep�blica.

De este modo, durante su segundo per�odo presidencial Arias se vio obligado a claudicar no solo ante la Polic�a, sino tambi�n frente a los Estados Unidos. Por ello, este mandato presentar� pocas similitudes con el anterior, m�xime cuando en esta oportunidad tampoco contaba con la mayor�a de la Asamblea, merced a lo cual muchas de las leyes propuestas por el Ejecutivo no ser�an promulgadas.

Pese a su aparente sometimiento a la Polic�a, en realidad Arias limit� el poder del cuerpo con la creaci�n de la Polic�a Secreta Nacional que depend�a directamente del Ejecutivo. Al mismo tiempo, impidi� que la Polic�a se rearmara y logr� que se aprobaran leyes que restring�an el poder de la Cooperativa Nacional en la matanza de ganado.

En el campo econ�mico el gobierno obtuvo algunos logros, como la refundici�n de la deuda externa con la "Casa Lehman Brothers" de Nueva York, al tiempo que emiti� bonos de conversi�n para saldar las deudas con particulares que fueron adquiridas por instituciones bancarias. Pero en realidad el comportamiento de la econom�a continu� siendo cr�tico. A ello se agreg� que la brecha entre el Ejecutivo y el Legislativo se fue ahondando cada vez m�s.

Finalmente, el 7 de mayo de 1951, Arias declar� sin efecto la Constituci�n de 1946 y la reemplaz� por la del 41. Al mismo tiempo, suspendi� el habeas corpus, disolvi� la Asamblea Nacional y declar� la interinidad de los representantes de la justicia. En realidad la situaci�n se ven�a deteriorando desde el d�a 5 , cuando circularon rumores en la capital que la Caja de Ahorros se encontraba en quiebra, lo que provoc� p�nico entre los ahorristas, que retiraron su dinero. Las investigaciones llevadas adelante por el gobierno dieron como resultado que el ex Presidente Ricardo Adolfo de la Guardia, Gonzalo Tapia, Roberto Arias y Mario Augusto Rodr�guez, eran los responsables de la situaci�n. Es m�s, tambi�n fueron sindicados miembros del Frente Patri�tico de la Juventud como Carlos Iv�n Z��iga, C�sar Quintero , Rogelio Sin�n y otros.

El restablecimiento de la Constituci�n de 1941 decretado por el gobierno el d�a 7, desat� la repulsa popular y para prevenir enfrentamientos , Arias declar� libre el d�a 8. Ello no evit� que una multitud se presentara al cuartel central de la Polic�a para exigir el respeto a la Carta de 1946. Rem�n , entonces acept� actuar como mediador. Su misi�n tuvo escaso �xito, pues Arias no se mostr� dispuesto a dar marcha atr�s. El 9 se declar� un paro c�vico nacional y se solicit� el enjuiciamiento del Presidente por extralimitaci�n de funciones. Reci�n entonces, el gobierno reconsider� su posici�n y declar� sin efecto en todas sus partes el decreto del d�a 7.

Pero ya era tarde, pues la Asamblea Nacional se hab�a constitu�do en Tribunal de Justicia y decret� la suspensi�n provisional de Arnulfo Arias como Presidente . De inmediato, se llam� al vicepresidente Alcibiades Arosemena para ocupar su lugar. Pero Arias no renunci�, as� que una vez m�s se present� la anomal�a de que coexistieran en el pa�s dos Presidentes. El 10 de mayo, el Mayor Alfredo Lezcano y el teniente Juan Flores fueron comisionados para comunicarle a Arias la decisi�n del Legislativo. Una vez en la Presidencia ambos oficiales fueron muertos a balazos.

Despu�s de un tiroteo que dur� varias horas, al cabo de las cuales los arnulfistas tuvieron que entregarse, Arias fue llevado a la C�rcel Modelo.

El 16 comenz� el juicio contra el primer mandatario. Era la primera vez que un Presidente se sentaba en el banquillo de los acusados frente a una Asamblea transformada en tribunal de justicia. Sin embargo, no ser�a la �ltima. Cuatro a�os despu�s el Legislativo hizo otro tanto con el Presidente Jos� Ram�n Guizado a quien acus� del magnicidio de Rem�n. El 25, la Asamblea fall� declarando a Arias culpable por extralimitaci�n de funciones , lo destituy� de su cargo y lo inhabilit� perpetuamente para ejercer cargo p�blico alguno.

Su sucesor Alcibiades Arosemena gobern� hasta octubre del a�o siguiente cuando ocup� la Presidencia Jose�Antonio Rem�n. Entretanto, Arosemena hizo frente a una grave crisis econ�mica y a una situaci�n de desasosiego social producto del desempleo que provoc� huelgas y protestas . El Presidente defini� este estado de cosas, en su magistral Mensaje de gobierno, como "La Naci�n en crisis".

 

 


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