Las elecciones de 1948

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Dr. Celestino Andrés Araúz
Dra. Patricia Pizzurno

A finales de 1945, Jiménez permitió que Arnulfo Arias regresara al país poniendo fin a su exilio. Poco después, se sindicó a Arias y a sus seguidores como autores del asalto al cuartel de Policía de Colón que arrojó un saldo de varios muertos. Aunque Arias negó ser el autor del hecho, fue tomado prisionero y permaneció más de siete meses en la cárcel. Fue puesto en libertad después de una prolongada huelga de hambre que puso en peligro su vida.

Aunque el clima de inestabilidad socio-económico y político que se vivía no era el mejor para llevar adelante las elecciones presidenciales, la Junta Nacional de Elecciones marcó la fecha para el 9 de mayo de 1948. Los candidatos fueron: por el Liberal Doctrinario, Domingo Díaz, a quien acompañaban Daniel Chanis y Roberto Chiari como vicepresidentes; Arnulfo Arias por el Partido Revolucionario Auténtico, con Alcibiades Arosemena y José Guizado como vicepresidentes; J.J. Vallarino por el Partido Renovador; José Isaac Fábrega por el Partido Nacional Revolucionario; Demetrio Porras por el Partido Socialista y, por último, Sergio González Ruiz por la Unión Popular. Sin embargo, se sabía que la contienda se dirimiría entre Domingo Díaz y Arnulfo Arias. De manera que, una vez realizadas las elecciones, se produjeron choques entre los partidarios de uno y otro candidato, máxime cuando el Jurado Nacional de Elecciones, como ya era habitual, dilató la entrega de los resultados. Los enfrentamientos fueron subiendo de tono, e incluso los Pie de Guerra, que defendían la candidatura de Díaz, asaltaron El Panamá-América propiedad de Harmodio Arias. Al estado de efervescencia y violencia electorales, se sumaron las intrigas políticas que buscaban el derrocamiento del Presidente Jiménez y la prórroga del mandato de los diputados.

En efecto, cuando Jiménez suspendió las garantías constitucionales para evitar más derramamiento de sangre, la Asamblea Nacional se opuso a la medidas y se le comunicó al Presidente que se había decidido, por el bien del país, sustituirlo por el Contralor General Henrique de Obarrio. El 12 de julio, la Asamblea Nacional destituyó a Jiménez quien se había opuesto a dimitir y eligió Presidente a de Obarrio, anuló las elecciones de mayo y declaró que el nuevo Presidente gobernaría hasta 1952, cuando se convocarían nuevos comicios. La crisis se superó por la intervención del poderoso Comandante José Antonio Remón Cantera quien, pese a sus lazos familiares con el Contralor, decidió apoyar al Presidente.

Entretanto, el país esperaba con ansiedad el resultado de las elecciones. Finalmente, el 30 de julio, la Junta Nacional de Elecciones le otorgó la mayoría de votos a Díaz quien, de inmediato, recibió las credenciales como Presidente. Los seguidores de Arnulfo Arias denunciaron el fraude y junto con su líder huyeron del país con la promesa de invadir Panamá.

Pero éste sólo fue el preámbulo de una de las etapas más oscuras y convulsionadas de nuestra vida republicana.

 

 


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