a misma crisis económica que atravesaba el país, unida al desempleo, y a la propagación de ideologías nacionalsocialistas en boga en Europa, así como las tradicionales pugnas oligárquicas, hicieron del cuatrienio de Harmodio Arias un período de gran inestabilidad socio-política y económica. Pese a que el presidente supo dirigir el timón del Estado con inteligencia, integridad y decisión, hubo manifestaciones de orientación comunista en el interior del país que estuvieron de alguna manera relacionadas con el movimiento inquilinario de 1932 que estalló con virulencia en la capital y la ciudad de Colón. También se descubrió un plan para asesinar al Presidente fraguado por la misma oligarquía nacional, no sólo por razones políticas, sino también por el tráfico de narcóticos.Tampoco los sectores medios y las capas bajas estaban de acuerdo con la política del Presidente a quien acusaban de nepotismo y de gobernar para los ricos, en detrimento de los campesinos oprimidos por los terratenientes. Igualmente aspiraban a que se aumentaran los salarios de hambre de los obreros y empleados.
Por esta época, Acción Comunal radicalizó sus posturas y se transformó en uno de los más acérrimos críticos de Harmodio Arias. Es más, en 1933, Demetrio Porras fundó el Partido Socialista que se oponía a la política de Arias. Dos años más tarde, el Partido Obrero Marxista Leninista realizó duras críticas contra la situación imperante en Panamá, sobre todo por su dependencia hacia los Estados Unidos.
En medio de este panorama tan perturbador se comenzó a fraguar una temprana campaña presidencial a mediados de 1934. Aunque Domingo Díaz Arosemena era el candidato natural del Partido Liberal Doctrinario, el Presidente Arias no estaba de acuerdo con esta postulación. Después de muchas vacilaciones Arias le dio su respaldo al Secretario de Relaciones Exteriores Juan Demóstenes Arosemena, miembro del Partido Liberal Nacional y antiguo funcionario de los gobiernos de Chiari y de Florencio Harmodio Arosemena.
Con este trasfondo enrarecido , en agosto de 1934, el hermano del Presidente, Arnulfo Arias fundó la Coalición Nacional Revolucionaria, una agrupación cuyo objetivo era garantizar la prosperidad del país creando una conciencia nacional robusta y transformándose en intérprete de las necesidades del obrero y del campesino, con el propósito de educarlos y organizarlos. Proponía socializar los servicios públicos, construir puertos, rebajar los derechos de introducción, desarrollar caminos de penetración, impulsar el turismo; incentivar la unidad continental; fomentar la inmigración sana e idónea para el país; creación de sociedades populares y patrióticas.
Inicialmente, este movimiento declaró que no tenía candidato , pero finalmente respaldó a Juan Demóstenes Arosemena, después que la agrupación se transformó en el Partido Nacional Revolucionario. Además de Arosemena y Domingo Díaz también se presentó como candidato el ex Presidente Belisario Porras, quien pese a su avanzada edad fue postulado por el Partido Liberal Unido.
Este panorama de pugnas internas se complicó aún más, cuando a mediados de 1935 el Comandante de la Policía Nacional y cuñado del Presidente, Aurelio Guardia, se levantó en armas secundado por la oficialidad. Esta situación provocó la renuncia del canciller Galileo Solís, así como la del propio Comandante y varios altos oficiales. Como es natural, estas pugnas tenían un origen exclusivamente político.
Poco después, también se descubrió un intento de levantamiento en contra del Presidente , organizado por Francisco Arias Paredes, Víctor Florencio Goytía y Homero Ayala, en el que aparecían involucrados empleados de la Zona del Canal.
A comienzos de 1936, el Jurado Nacional de Elecciones declaró inhabilitado al Partido Nacional Revolucionario de Arnulfo Arias , que apoyaba a Arosemena. El Presidente decidió que fuera la Corte Suprema de Justicia la que dirimiera la controversia, pero la Corte consideró que ello constituía una violación a la ley. Entonces el propio gobierno se arrogó el derecho de reconocer al partido en cuestión. La situación de enfrentamiento alcanzó su clímax , cuando el Jurado Nacional de Elecciones se negó a reconocer los votos emitidos por el Partido Nacional Revolucionario, en tanto que el gobierno se empeñaba en declarar su validez. Entretanto, los partidos de oposición acusaron al Presidente de apoyar abiertamente la candidatura de Arosemena, destinar fondos públicos para su campaña, así como amordazar a la prensa y ordenar persecuciones políticas.
Finalmente, las elecciones se realizaron el 7 de junio en medio de un clima de desasosiego e incertidumbre. El torneo se caracterizó, según los opositores al gobierno, por el fraude y la corrupción electorales, principalmente en la Provincia de Veraguas. Por ello,estas elecciones comenzaron a ser conocidas por los partidarios de Domingo Díaz como el "paquetazo de Veraguas". A pesar de estas irregularidades, un mes después el 7 de julio, el Jurado Nacional de Elecciones le otorgó el triunfo a Domingo Díaz. Pero el gobierno no se quedó de brazos cruzados. De inmediato un decreto ejecutivo removió a Rosendo Navarro, uno de los miembros del Jurado, pues al parecer mantenía contratos con agencias gubernamentales lo que era ilegal. Asimismo, se sustituyó a otros miembros de esta institución y esa misma noche del día 7 de julio el nuevo Jurado Nacional de Elecciones le extendió las credenciales como Presidente constitucional a Juan D. Arosemena. Se hizo público que el candidato del gobierno le había ganado a Díaz por 1.765 votos.
Sea como fuere, los miembros del Jurado que habían sido destituidos, decidieron investir como Presidente de la República a Domingo Díaz en una ceremonia llevada a cabo en su casa y en la que participaron destacadas figuras del mundo político como Enrique A. Jiménez, Belisario Porras y el General Manuel Quintero Villarreal. Se emitió un comunicado a nivel nacional denunciando los malos manejos electorales del gobierno encaminados a imponer a su candidato y se declaró que los votos emitidos a su favor en las elecciones del 7 de junio debían ser declarados nulos.
Este comunicado provocó una crisis a lo interno del gobierno cuando varios Secretarios de Estado, entre ellos Horacio Alfaro y José Isaac Fábrega, presentaron su renuncia, al igual que el Ministro en Washington Ricardo J. Alfaro. También se produjeron enfrentamientos en La Chorrera y varios de los implicados buscaron refugio en la Zona del Canal. Se hizo un llamado a la huelga general y hubo rumores de sabotajes a los servicios públicos, así como alarmas de incendios provocados. El clima de violencia llevó a Arnulfo Arias a organizar la Guardia Civil o Reserva Revolucionaria que era una tropa de choque integrada por unos 700 voluntarios decididos a defender el triunfo de Arosemena.
En su Mensaje de Gobierno, Harmodio Arias justificó su actitud señalando que era evidente, desde el principio, la victoria de Arosemena, pero que el Jurado Nacional de Elecciones no lo reconocería, pues estaba integrado por copartidarios y amigos de Díaz. En consecuencia, su gobierno había tomado la decisión de reemplazar a Rogelio Navarro quien mantenía contratos con la nación, y cuya destitución venía siendo solicitada por diferentes sectores desde tiempo atrás.
Señalaba el Presidente que pese a las denuncias de coacción, fraude y corrupción electorales presentadas por ambos bandos contendientes, la verdad es que no hubo derramamiento de sangre. Por otra parte, declaró que aunque más del 60% de los empleados públicos apoyaban la candidatura de Domingo Díaz , no habían sido amenazados ni molestados. Ello era prueba fehaciente de la imparcialidad del gobierno.
Sea como fuere,en octubre de 1936, asumió la presidencia Juan Demóstenes Arosemena quien no llegó a completar su mandato pues murió en el ejercicio del poder en diciembre de 1939.