Ciro L. Urriola y la Elección
de los Designados
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Dra. Patricia Pizzurno
Dr. Celestino Andrés Araúz
La muerte de Valdés, en junio de 1918, llevó
al Designado Ciro L. Urriola a ocupar la Presidencia hasta el
mes de septiembre cuando la Asamblea Nacional debía elegir
a los nuevos Designados. Previamente debían realizarse
elecciones municipales y para diputados. Una vez en el poder,
Urriola decidió suspender el torneo y mediante la promulgación
del decreto 80 las elecciones quedaron postergadas. La medida
recibió el repudio, prácticamente generalizado,
máxime cuando se sospechaba que Urriola buscaba perpetuarse
en el poder.
Liberales y conservadores aunaron
esfuerzos para restablecer el calendario electoral y, finalmente,
buscaron la solución en la Legación estadounidense.
Pablo Arosemena y Ricardo Arias suscribieron un Memorándum
en el que solicitaban que se restableciera el orden constitucional,
con base al artículo 136 de la Constitución. Acto
seguido, Estados Unidos le dio un ultimátum a Urriola,
para que respetara la fecha de las elecciones y como éste
no acató la orden, marines estadounidenses ocuparon las
ciudades de Panamá y Colón. No sólo se llevaron
adelante las elecciones, sino que también se puso en vigencia
el Código Sanitario. Aunque las elecciones se realizaron
merced a la supervisión de las tropas de ocupación,
Estados Unidos aprovechó también la oportunidad
para enviar, al mes siguiente, contingentes militares a las Provincias
de Veraguas y Chiriquí . En este último sitio permanecerían
hasta 1920.
Pese a las protestas de Urriola,
en septiembre, la Asamblea eligió a Belisario Porras como
primer Designado encargado de la Presidencia, cargo que debía
ocupar hasta las elecciones de 1920. Pero Porras aspiraba a ser
electo para el período 1920-24, de manera que movió
hábilmente los hilos para no ver frustradas sus aspiraciones. |