La Iglesia dedica hoy su jornada a los Santos Inocentes, en recordación de aquellos niños que fueron sacrificados por Herodes, cuando pretendía asesinar al Niño Jesús, después de que los Magos le anunciaran que había nacido.
Para muchos, la fecha pasa desapercibida en su auténtico sentido, ya que una mayoría de personas la dedica para jugar toda clase de broma a los incautos.
Ya en los tiempos modernos, también mueren inocentes. La guerra cobra la vida de millones de niños, igual sucede con los fenómenos de la naturaleza y la violencia que se ensaña muchas veces contra éstos.
En Panamá, la violencia está acabando con los niños. Pistoleros llegan y disparan a diestra y siniestra, siendo los menores muchas veces víctimas de esa guerra urbana que se mantiene en nuestras calles. En el otro estadio figuran los niños reclutados por adultos para la comisión de toda clase de fechorías. Esos son los Herodes de los tiempos modernos, que acaban con la inocencia de nuestros chicos.
La sociedad debe hacer lo necesario para prevenir las muertes de niños inocentes. Por su corta edad, los menores de edad no miden muchas veces los peligros que acechan en la calle. Allí deben cumplir su papel los padres de familia.
La fecha de recordación de los Santos Inocentes nos invita eliminar las causas modernas que hoy cobran la vida de millones de niños en el mundo.
Hay que acabar con la cultura de la muerte. Jesús triunfó sobre las tinieblas. Reflexionemos sobre ello y, ojalá, este día de los inocentes practiquemos algo más que la broma a los que cada año estamos acostumbrados..