El 23 de diciembre de 1972, Managua fue golpeada en la madrugada por un terremoto de 6.2 grados, que fue seguido por dos réplicas de 5.0 y 5.2 grados. Los sismos causaron daños generalizados en la capital Nicaragüense, matando a 5 mil de sus 400 mil habitantes, hiriendo a 20 mil y dejando sin hogar a 250 mil.