El presidente Martín Torrijos reconoció ayer que la invasión de EEUU a Panamá el 20 de diciembre de 1989 sigue siendo un tema "realmente controversial", al conmemorarse en el país centroamericano 15 años de la acción bélica.
Sin embargo, indicó que, "independientemente de las posiciones que puedan existir alrededor de la invasión, lo importante es que la maduración política del país nos da la oportunidad de superar viejas rencillas y proyectarnos hacia el futuro".
Añadió también que, lejos de olvidar lo que ocurrió, el país ha madurado y evolucionado democráticamente entrando, con ello, en una nueva relación con Estados Unidos.
La invasión fue el fin del régimen militar (1968-1989), pero dejó un saldo de víctimas cuya cifra oficial todavía se desconoce.
Durante la operación "Causa Justa", nombre dado por Estados Unidos a la invasión, murieron al menos 272 panameños y 23 militares estadounidenses, de acuerdo con cifras del Pentágono, pero organizaciones populares panameñas consideran que hubo un poco más de 5,000 víctimas fatales.
La invasión ha sido recordada por familiares de las víctimas, así como por organizaciones populares, de trabajadores, estudiantes, sindicalistas y profesionales aglutinados en el Movimiento por la Defensa de la Soberanía (MONADESO) de Panamá.
Los familiares de las víctimas de la invasión fueron al Jardín de Paz donde están enterrados muchos de los civiles y militares que perdieron la vida durante el ataque de las tropas estadounidenses.