Cada año son más los registros médicos que encuentran entre los plaguicidas la causantes de muerte, especialmente entre los más pequeños como producto de su mal manejo.
Por ello cada vez que una persona use estos productos debe in formarse y aparender acerca de su potencial peligrosidad.
Como básico el usuario de un plaguidcida debe saber las tres posibles vías por las que los plaguicidas pueden entrar en el cuerpo humano:
A través de la piel (absorción dermal)
A través de la boca (ingestión oral).
A través de la respiración (inhalación)
Siendo el contacto con la piel es la causa más común de envenenamiento con plaguicidas.
Puede ocurrir no sólo con patentes derrames o salpicaduras de concentrados directamente sobre la piel, sino también usando ropas contaminadas, o por exposición continua a la pulverización.
Los ojos, boca y lengua y la región genital, son zonas particularmente vulnerables.
Manos y brazos están particularmente expuestos cuando se manipulan productos. La entrada por la boca, puede ser particularmente peligrosa; pero las precauciones para evitarla son simples:
Después de manejar o de aplicar plaguicidas, hay que levarse siempre cuidadosamente las manos.
La inhalación puede ser peligrosa, si se emplean productos volátiles en espacios cerrados o con aire en calma.
Pocos espolvoreos y pulverizaciones son capaces de llegar, arrastrados por el aire, a través de la nariz, hasta los pulmones, pero es una práctica recomendable evitar respirar la nube formada por el plaguicida durante su aplicación.
Además, durante las manipulaciones de los plaguicidas debe asegurarse una ventilación completa, y cuando se avise, se emplearán mascarillas.