En casos de escasez del agua superficial, debe buscarse como alternativa el uso económico de agua subterránea.
Deben propiciarse cultivos resistentes a las sequías, que no extraigan nutrientes de manera excesiva, empobreciendo los suelos y causando la muerte de posteriores cultivos.
Las sequías y las inundaciones no se producen simplemente por falta de lluvia. El pastoreo excesivo, la misma deforestación, los sistemas de irrigación inapropiados y el sobrecultivo conducen a la desertificación y la sequía.