El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, acusó a los servicios secretos de Estados Unidos e Israel de estar detrás de los atentados suicidas contra las ciudades chiíes de Nayaf y Kerbala, en los que murieron 66 personas.
Jamenei, citado por la agencia iraní de noticias, IRNA, también advirtió de que semejantes ataques antichiíes "tienen como objetivo provocar un conflicto entre los musulmanes suníes y chiíes", éstos últimos mayoritarios en Irak e Irán.