En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Nunca tuve una familia como me hubiera gustado tenerla. Mi madre murió cuando yo era una niña, hijos....
»Tengo ahora dos niñas a las cuales no puedo amar como yo quisiera, ya que me atormenta todo mi pasado. Sé que está mal porque son mis hijas; no sé cómo quererlas, ya que nunca tuve el amor de una madre.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«ESTIMADA AMIGA:
»Lamento el dolor emocional que usted ha sufrido desde niña a causa de la muerte de su mamá. Todo niño necesita el amor de una madre, y comprendo que usted no lo recibió. Sin embargo, no podemos hacer nada para cambiar lo que le sucedió a usted. Lo que sí podemos cambiar es lo que le está sucediendo actualmente a sus hijas.
»Usted dice que, debido a su pasado, no puede amarlas a ellas como quisiera. ¡Claro que su pasado ha afectado su modo de ser, pero no tiene que determinar su conducta diaria! Ni tiene que arruinar la vida de sus hijas tal como ha arruinado su propia vida. No hay duda de que es más difícil para usted mostrar afecto, eso sí; pero ¿es imposible? ¡No, de ninguna manera!
»A usted le toca tomar una decisión.... ¿Va a escoger el camino fácil, que es seguir concentrándose en su propio dolor? ¿O va a determinar que sus dificultades la han hecho más fuerte, tanto como para concentrarse más bien en las necesidades de sus hijas?
»No es difícil amar a los niños. Así que abrace a sus niñas con frecuencia. Por lo menos cuatro veces al día, dígales que las ama. Escúchelas. Léales algo de algún libro. Muestre interés en lo que a ellas les gusta.