Peligra diálogo de paz entre gobierno y guerrilla de las FARC

Bogotá
AFP

Las posiciones encontradas entre el gobierno del presidente Andrés Pastrana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxista), sobre la desmilitarización de una vasta zona del sur del país, mantenía el lunes en entredicho el inicio de un diálogo directo de paz.

Pese a que ya ha transcurrido uno de los tres meses de la desmilitarización de 42.000 km2 exigidos por las FARC para que sean el escenario de los diálogos, las conversaciones no se han iniciado porque según los insurgentes, "Pastrana no ha cumplido lo prometido".

Así se lo comunicaron al mandatario conservador en una carta abierta divulgada el domingo, en la que en términos enérgicos las FARC señalaron su desacuerdo con la posición gubernamental y prácticamente descartaron una tregua navideña pedida por Pastrana.

"Es desconcertante la manera como usted (Pastrana), de forma unilateral y caprichosa ha comenzado a cambiar las reglas de juego", dijo el grupo insurtente en su mensaje firmado por los tres voceros designados por las FARC para adelantar el diálogo con el gobierno.

Las FARC se han negado sistemáticamente a iniciar las conversaciones porque en un batallón localizado en la zona desmilitarizada permanece un centenar de soldados desarmados lo que, según los rebeldes, demuestra el incumplimiento de Pastrana a lo acordado para poder dialogar.

Pastrana ha negado la acusación de las FARC y, por el contrario, ha afirmado que ha cumplido con lo acordado, criterio que reiteró ayer lunes en Ciudad de México, donde se encuentra adelantando una visita oficial que culmina hoy martes.

El gobernante se abstuvo de responder directamente el mensaje de las FARC, anunciando que lo hará el Alto Comisionado para la Paz, Víctor Ricardo, pero descartó la prolongación del período de la zona desmilitarizada, que debe mantenerse hasta el 7 de febrero del próximo año.

El presidente de la Cámara de Representantes (baja) del Congreso, el liberal Emilio Martínez, interpretó la carta de las FARC como un "portazo" a los esfuerzos del gobierno por iniciar un diálogo, y pidió una "veeduría internacional" para que determine "quien está incumpliendo lo pactado".

La Iglesia Católica también se pronunció a través del presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Alberto Giraldo, quien lamentó la posición de las FARC, a la que acusó de enviar al país "mensajes de pesimismo" frente al proceso.

El jerarca católico conceptuó que el mensaje del grupo insurgente "indica que no estamos preparados para sentarnos en una mesa de negociaciones de paz".

Para el ex canciller Augusto Ramírez, miembro de una comisión de facilitación de diálogo entre las dos partes creada a instancias de las Iglesia Católica, se declaró "preocupado por la agresiva" posición de las FARC.

Estimó que ello "no conduce a crear un clima de confianza entre las partes", pero sin embargo, se pronunció en favor de encontrar una solución al problema de los soldados que se encuentran en el batallón Cazadores, a las afueras del municipio de San Vicente del Caguán (departamento del Caquetá), porque según dijo, "ello no puede constituírse en un obstáculo para la paz".

A juicio del politólogo Alfredo Rangel, las FARC son las responsables de la dilatación del inicio de las conversaciones y con su "arrogante posición está marcando el ritmo y llevando la batuta del proceso".

 

 

 

 

 






 

Pastrana ha negado la acusación de las FARC y, por el contrario, ha afirmado que ha cumplido con lo acordado, criterio que reiteró ayer lunes en Ciudad de México, donde se encuentra adelantando una visita oficial que culmina hoy martes.

 

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