Sí, yo soy amado. Esta es una noticia tan grande como la de que Cristo ha Resucitado. Soy amado por Él, con un amor total, infinito, absoluto, permanente, siempre fiel. Por pura gracia me ama, porque quiso, por su iniciativa, sin yo merecerlo, sin yo esperarlo, pedirlo ni imaginarlo.
¡Cristo ha resucitado! Claro que me hace feliz el saber que la vida triunfó sobre la muerte y que el bien vencerá al mal, pero si no creo que me ama, no seré completamente feliz. Él se entregó por mí, murió por mí, pensando y pronunciando mi nombre e inmolándose por mi persona en la cruz. Esto es increíble y lo sé por la Revelación.
Dios lo puede todo. Creó de la nada el universo entero y al ser humano y lo hizo a su imagen y semejanza. Con la encamación, muerte y resurrección de Cristo nos ha redimido y nos ha hecho sus hijos. Nos llama por nuestro nombre y nos dice: "'hijos1".
Nadie puede humanamente entender esto: Dios piensa en todos y ama a todos de manera tal que lo hace como si nada más existiera una persona, usted. Nosotros no podemos pensar en dos cosas a la vez.
Sí existe la posibilidad de la condenación eterna y es dogma de fe. Que alguien prefiera abandonar la "casa del Padre" e involucrarse en las tinieblas para siempre, cambiando el amor de Dios por "treinta monedas" es posible. ¡Qué desgracia! Cómo cambiar el amor de Dios, que lo llena todo, que nos da plenitud y felicidad total, por unas burdas experiencias, situaciones, posesiones y comportamientos pecaminosos, que al final no dejan nada, se desmoronan y se oxidan, se pulverizan, se hacen polvo.
No dejará de amarlo porque así Él lo decidió y pronuncia su nombre diciéndole: "hijo mío". Esta expresión divina resuena desde lo íntimo del corazón de Dios y es "repetida continuamente". Si a nosotros nos cuesta rezar, apartamos un rato y repetir el nombre sagrado de Dios y decirle que lo amamos, en cambio ¿Ha entendido lo que es el amor de Dios? En el cielo estaremos eternamente saboreando ese amor, contemplándolo y conociéndolo, descubriendo cada vez más profundidades de su amor. Recuerde que Dios lo ama y con Él usted es invencible.