El Barcelona ganó con autoridad (2-5) a un débil Sporting de Lisboa y se aseguró el primer puesto del Grupo C de la Liga de Campeones, en un encuentro con muchos goles dominado por los hombres de Guardiola.
El encuentro arrancó en frío, con ambos equipos estudiándose, aunque con un Barcelona con más posesión del balón, que lo hizo circular de banda a banda sin demasiada profundidad.
Los azulgranas no conseguían penetrar la tupida defensa de "los leones" hasta que Lionel Messi tomó las riendas del partido, primero con una falta que provocó al borde área, ejecutada por Xavi al larguero, y luego con una genial internada en la que sirvió a Henry para que marcase el primer tanto del encuentro.
Cada acción del astro argentino, que jugó por el centro del ataque con libertad de movimientos, ponía un nudo en la garganta a los aficionados lusos, que incluso terminaron aplaudiendo sus regates imposibles.