|
Me froté los ojos porque no lo podía creer. En realidad he debido frotarme los oídos que habían escuchado la fatídica noticia: ¡"El ganador de las elecciones no es Noriega"!, dije consolándome, pero era verdad.
La televisión, las radios y los periódicos ya comenzaban a lanzar al mundo la terrible nueva: el ex director había logrado ahora ser presidente del país que años atrás tanto lo odió.
¿Y la invasión? ¿Qué dirán los familiares de los muertos, tanto de los soldados de Estados Unidos como de panameños? Tanto sufrimiento y sangre ¿para nada? Y como un taladro llegó a mi mente aquella frase que me dijeron en la juventud: "los pueblos tienen los gobiernos que se merecen";
¿COMO SUCEDIO ESTO?
El asunto vino poco a poco y la situación mundial influyó, así como la "mente de mosquito" que tenemos mucho panameños. Como el panameño es confiado, nunca pensó que los Estados Unidos soltaría al Man de la noche a la mañana. Pero así fue un bendito día. Entonces se dieron cuenta las autoridades que nunca pidieron su extradicción. Por eso quedó el Man libre en Estados Unidos haciendo de las suyas.
Se instaló cómodamente en Miami y comenzaron a llegar los fax, los e-mail de internet, las llamadas, etc. Aquellos que se beneficiaron de la dictadura militar, de la noche a la mañana dejaron a un lado sus pudores y se declararon norieguistas "a mucho orgullo".
Aquí había un gobierno producto de los restos del civilismo y trató de calmar los ánimos. Pero el PRD volvió al poder meses después y las cosas cambiaron.
Es cierto que el Man había sido condenado a más de sesenta años de prisión, pero "quien tiene el sartén por el mango" dice qué música va en el baile, (como dicen en Parita).
Para no disgustar a nadie aplicaron hechos que anteriormente se hicieron. Del gobierno de Mireya sacaron las famosas "rebajas de penas". Le quitaron sus buenos años al ex dictador. Del gobierno del Toro usaron la fórmula del "indulto" (estilo Chalo), y le eliminaron varios delitos.
Campañas de "imagen" (mejores que la de la tica actual) tocaron el corazoncito bueno y noble de los panameños. "Noriega se merece morir en su patria; ya pagó suficiente en una cárcel gringa; él no tuvo la culpa sino la CIA que lo formó", etc.
Regresó como una víctima, hablando de sus dioses por los codos, lo que no molestó a la Iglesia (de cualquier tipo, dicho sea de paso).
Y así, con una bien montada campaña de convencimiento logró ir a elecciones democráticas y conseguir el poder. Y aunque Uds., no lo crean, habían muchos panameños que estaban contentos.
Pensaban que el Man acabaría con el desempleo, la corrupción (?) y la falta de inversiones y seguridad en Panamá. ¡"El nuevo Noriega sería nuestra salvación"!
Estaba a punto de irme al exilio o suicidarme, cuando me caí de la cama. Comprendí que tenía pesadillas por culpa de una fruta exótica que me atreví a comer, llamada "zapote", que dicen que es de Ecuador.
"...eso te pasa por curioso", me dijo alguien después. Pero no que dado tranquilo del todo, ¡En este Panamá de mis amores cualquier cosa puede ocurrir! |
