Panamá no ha realizado avances significativos para salir de la "lista gris" de paraísos fiscales en la que fue incluida por la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), en abril pasado.
El periódico londinense The Economist, en un artículo titulado "La industria financiera de Panamá: Las sombras de los grises" indica que pese a las amenazas de sanciones, el Istmo no ha hecho ningún progreso en prevenir la evasión fiscal por parte de inversionistas extranjeros.
La realidad es que si Panamá desea limpiar su imagen internacional debe firmar acuerdos de intercambio de información fiscal con unos 12 países. Pero, estos acuerdos han sido rechazados por los panameños, y aseguran que no le proporcionan ninguna ventaja al país.
El presidente Ricardo Martinelli ha indicado estar dispuesto a eliminar la doble tributación como así lo exige la OCDE. Sin embargo, el equipo negociador panameño enviado a Italia y los Países Bajos, España y México no ha alcanzado acuerdos definitivo.
El rotativo asegura que esta dilatación puede ser una táctica del Presidente panameño para ganar un poco más de tiempo.
Líderes empresariales y políticos han afirmado que el sistema financiero panameño es un modelo de integridad y que las críticas que lo tildan de paraiso fiscal surgen de los países ricos, hambrientos de ingresos, debido a la recesión económica.
Los días han pasado y las consecuencias han empezado a sentirse en el Istmo. The Economist indica que bancos grandes de Francia y España han cerrado operaciones en Panamá debido a su inclusión en la lista, mientras aseguran que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos está en peligro.
El reporte resalta que entre 2008 y diciembre de 2010 cerca de 18 mil nuevos apartamentos entrarán al mercado inmobiliario, la mayoría rascacielos, que algunos vecinos los tilda de "torres de cocaína"
Hay motivos legítimos para el auge de edificios como establecimiento de multinacionales, retirados americanos e inversionistas colombianos y venezolanos, pero aún así el movimiento hace levantar la ceja, destaca The Economist.