La residencia A-8, ubicada en San Sebastián, cuyo propietario era el difunto Policarpo Carmona Araúz, fue vandalizada por antisociales.
La casa valorada en medio millón de dólares, se encontraba en perfectas condiciones, pero fue despojada de la puerta principal, de las verjas de todas las ventanas, los vidrios de las ventanas, panel de electricidad, todos los toma-corrientes de las habitaciones, puertas, baños y del sanitario.
Ese inmueble se encuentra bajo trámite y en proceso de sucesión por los herederos de Policarpo: los señores Policarpo Carmona Agrazal, Ana Cecilia Carmona Agrazal, Mario Carmona García y Sonia Carmona Agrazal.
La vivienda se encuentra deshabitada actualmente, por lo que los malhechores, aprovechando la oportunidad, se llevaron todo lo que existía en el mismo y sólo dejaron las paredes.