Una constituyente originaria mejorará la eficiencia de las instituciones públicas, terminará con el nepotismo y la corrupción, aseguró ayer Antonio Méndez, dirigente del Comité Político del Partido Alternativa Popular (PAP).
Según el líder, el programa político de este colectivo también levanta esta bandera como una alternativa para resolver los efectos de la pobreza extrema que agobia al 40 por ciento de la población. El PAP recientemente fue reconocido como un partido en formación por el Tribunal Electoral, pero todavía debe reunir más de 60 mil firmas para ser reconocido como un partido.