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Erradicando la pobreza

Carlos A. Navarro Benavides | Periodista

El ser humano, conciente de su papel protagónico en la sociedad, debe ser del pensamiento que para lograr una libertad real y digna, hay que ganárselar. Los panameños, hoy en día, también debemos estar concientes que en el mundo hay muchas más almas y espíritus, que tierras sin cultivar.

Con el aumento de la población mundial y sin políticas y técnicas agropecuarias dirigidas a conservar el recurso suelo, llegará, lamentablemente, el día en que no exista pedazo de tierra alguna para conquistar ni para producir los alimentos. En ese sentido, los panameños, desde nuestros hogares, debemos velar por el futuro de nuestros hijos, tenemos la obligación de educar de cara a ello, implantar un sistema que promueva la autoestima en los jóvenes, el amor propio y crearles la necesidad de estudiar para ser libres.

De acuerdo a la filosofía Hindú, cuando el ser humano se enamora de la Diosa del Conocimiento, la Diosa de la Abundancia entra en celos y comienza a seguirlo. En otras palabras, quien ignora y es indiferente a la abundancia, y se dedica a aprender, a saber y a conocer, ésta le viene sola. Los Estados, garantes de la vida de sus asociados, tienen por tal, la obligación de fiscalizar y proveer alimentos a los estudiantes de los campos y a los de las urbes, que realmente los necesiten, para que la debilidad y el hambre no les apague el brillo de sus ojos y puedan asimilar los aprendizajes.

Sócrates enseñaba de aldea en aldea, de campo en campo y de casa en casa, para él era deber del hombre educarse y luego educar a otros. Según José Martí, el rico o pudiente necesita de sus monedas para vivir, pero si se les pierden de que podría vivir, más el pobre instruido y estudiado vive de sí, vive de su conocimiento, rompe las cadenas de la pobreza y abre las celdas de las faltas de oportunidades. Decía también que el país más prospero y más feliz es el que tenga educados a sus hijos en la instrucción del pensamiento y en la dirección del sentimiento. Un pueblo virtuoso y educado vivirá más y más rico que un pueblo lleno de vicios.



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