El sexo en la ducha es lo más rico que se puede probar para cambiar la rutina.
Y es que no hay nada más satisfactorio que innovar en la entrega sexual, claro deben estar dispuestos a soportar ese frío que sigue después de un largo rato bajo la regadera, entregando amor, placer y ganas de más.
Claro, si en lugar de darse ese baño rutinario piensa en un relajante baño en la tina, debe emplear artículos que prolonguen más la estadía en el baño, pues en este rincón de la casa no hay distracción alguna, sólo dos personas que desean renovar día a día su relación de pareja e intimidad.
Si te concentras en las sensaciones que experimentas, te darás cuenta de que la ducha no sólo relaja la tensión, también provoca un aumento de la circulación sanguínea, haciéndote más receptiva a los estímulos táctiles.
Ahora, debes estar preguntándote en qué momento sería ideal ese baño, pues sencillo, en el momento en que los dos deseen, siempre y cuando tengan suficiente tiempo para pensar sólo en ustedes dos, y en cuánto quieren gozar.
Ese será el momento preciso para acariciarse como nunca, besarse, hablar, decirse frases indecentes, provocar, y por último, lograr el coito perfecto e inolvidable. Estarán todo el día con mucho ánimo.
En fin, una cosa si es cierta, la experiencia de los años juntos le permitirá que usted vaya marcando los lugares en donde se podrá gozar verdaderamente del coito, que viene sencillamente después del deseo.