EDITORIAL
Recemos por el Papa
La salud de Juan Pablo II está muy deteriorada. Un coro de voces del clero cardenalicio han adelantado informes acerca de la situación precaria de la salud del Santo Padre, el cual con sus 84 años de vida y más de 25 años de papado, enfrenta los retos del mundo actual con todas las fuerzas que le restan en su ser.
Hablar de Karol Woytila, su lucha por cristianizar a la Polonia comunista y a Europa del Este, bajo el yugo del sistema soviético, resultaría muy extenso.
Juan Pablo II, al que muchos ya denominan "Juan Pablo, El Grande", ha recorrido el mundo enviando el mensaje de paz y concordia entre los hombres. Ha buscado la armonía entre las naciones y llevó la batuta por la defensa de los derechos civiles en países donde no se permitía la libre expresión.
Sólo Dios, Jesucristo y la Virgen María, de quien el actual Papa se ha declarado ferviente creyente, le han dado las fuerzas necesarias para seguir con su camino.
Ahora viene el paso decisivo para la Iglesia Católica: ¿Quién reemplazará al más importante prelado de la grey cristiana tras su eventual fallecimiento? Quizás ese sea el temor que hay en el clero del Vaticano. No hay semejante figura que sustituya al "Papa Viajero".
El próximo Cónclave Cardenalicio, compuesto por centenar y medio de príncipes de la Iglesia, deberá definir el destino de la religión optando por elegir un sumo pontífice de entre dos grandes fuerzas que representan al mundo cristiano: Un grupo de cardenales italianos, respaldados por prelados europeos enfrentarían a una alianza de eminencias del resto del mundo, encabezados por cardenales latinoamericanos.
Quizás el próximo Papa será de nuestra vecindad, pero el desafío que tendrá será titánico, ante un mundo agobiado por el terrorismo, la pobreza, la guerra y los males del materialismo.
PUNTO CRITICO |
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