Como un experimento en la Semana de la Ciencia, en el Instituto Profesional y Técnico de Barú, estudiantes mataron a un perro, lo cocinaron y le quitaron la carne para exhibir sus huesos en un laboratorio.
Una estudiante de 18 años fue la que llevó al animal de raza pequinés al plantel educativo, aduciendo que en su casa no lo querían porque se comía los pollos.
Lo que la profesora de Ciencias que autorizó el laboratorio no sabía, es que el perro "Pinki" tenía dueños que lo buscaban afanosamente y que posteriormente, con mucho dolor, se enteraron de la cruel forma en la que los estudiantes acabaron con la vida de "Pinky".
Un estudiante contó que vio cómo al perro le pusieron 10 inyecciones para que falleciera, sin embargo, como se mantenía con vida, lo asfixiaron con una bolsa en la cabeza, antes de cocinarlo y quitarle la carne.
Dijo además que otros grupos mataron una iguana, una gallina y un sapo para los mismos experimentos que servirían como calificación en la materia de Ciencias Naturales.
Según la señora Leidys Pasos, dueña del perro, luego de varios días y algunas reuniones, el Colegio acordó hacer una rifa entre los estudiantes que participaron del experimento para pagarle B/.60.00 balboas por el animal.
La señora dijo que la estudiante de 18 años, que cursa el IX año, lo hurtó de la casa.