Estando tranquila en una esquina de Calle 70, una idea pasó como un relámpago por mi cabeza, y sin más reflexioné, entré y saqué del armario la revista titulada "Pan de la Palabra", la curiosidad despertó en mí el deseo de ojearla. De pronto la vista se detuvo en un trozo llamativo e interesante referente a la hipocresía. Para no equivocarme consulté de inmediato el diccionario Larouse. Hipocresía es sinónimo de falsedad, vicio que consiste en la afectación de una virtud o cualidad o sentimiento que no tiene.
El misal diario para el pueblo de Dios, enuncia el Evangelio de Jesús, según San Mateo (23-26). He aquí el asunto: "En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos. "Ay de ustedes escribas y fariseos hipócritas porque pagan diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la miseria y la felicidad. �Esto es lo que tenían que practicar sin descuidar aquello! Guías ciegos, que cuelan el mosquito pero se tragan el camello!
�Ay de ustedes, escribas y fariseos (falsos) que limpian por fuera los vasos y platos, mientras que por dentro siguen sucios con su capacidad y codicia! �Fariseo ciego! Limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera."
Jesús recrimina la falsedad o la hipocresía de quienes aparentan mucha santidad y religiosidad. El hombre vive comiendo santo y devorando demonio; pues a veces se engañan así mismo pretendiendo confundirse; pero a Dios nadie lo engaña. �l conoce todos los movimientos de nuestra mente y nuestro corazón y es allí en ese interior donde se instruye la santidad; y es allí donde toda criatura creada por �l debe procurar estar limpio y la limpieza interior es obra de Dios. Nada de hipocresía. Verdad absoluta y positiva. Cristiano, "ojo pa quí ve, dice el chinito".
�Oh cuán baja cosa es el hombre ruin, si no se levanta sobre los humanos!" San Agustín, obispo y doctor de la iglesia, acérrimo e incansable del flagelo de la hipocresía.