El destino más temido por la disidencia en Birmania es la prisión de Insein, donde centenares de presos políticos cumplen sus largas penas hacinados en minúsculas celdas, oliendo sus propios excrementos y bajo la amenaza constante de la tortura.
Este es un inmenso complejo construido todavía en época del Imperio Británico al norte de Rangún, la principal ciudad del país, la cárcel acoge al menos 200 opositores al régimen que llevan veinte años encarcelados en condiciones inhumanas tras ser condenados por llevar a cabo actividades políticas, según Amnistía Internacional.
INCOMUNIDADOS
Los presos pueden llegar a pasar hasta meses enteros incomunicados y la tortura se practica de manera sistemática durante los interrogatorios, segun Derechos Humanos
CORRUPCION
En esta prisión, guardias corruptos hacen la vista gorda con el tráfico de drogas y los adictos reutilizan sus jeringuillas, contribuyendo así a propagar el virus del Sida, una de las enfermedades más extendidas en la penitenciaría junto a la disentería.
Resolución
El Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU aprobó una resolución en la que "deplora" la violenta represión de las manifestaciones pacíficas en Birmania por parte del gobierno militar, las muertes y las detenciones de las últimas semanas.